Tras los daños generados a una vivienda en el fraccionamiento Los Encinos, impactada por una roca que salió disparada tras una detonación “controlada” por parte de la empresa Casas GEO el 14 de febrero de 2013, la desarrolladora tuvo que dejar de utilizar explosivos. La afectación resultó en un golpe de roca y la fractura de una de las paredes de la vivienda, que no ha sido arreglada ni pagada por GEO, debido a un desacuerdo entre empresa y la dueña de la casa. Al menos así lo explicó en entrevista con ZETA el director de Casas GEO en Ensenada, Norberto Tagle Díaz. El representante de la empresa refirió que Operadora de Explosivos, S.A. de C.V., contratada por GEO para remover cientos o miles de toneladas de rocas en dicho fraccionamiento, realizaba trabajos en las inmediaciones de Avenida Fresno, a la altura de las calles Campanilla, Moneda y Bugambilia. De acuerdo a Tagle, la empresa que manejaba los explosivos es “una de las mejores en el país”, sin embargo, aquel 14 de febrero, una de sus explosiones se salió de control y terminó dañando la vivienda. Molestos por lo ocurrido y por el ensordecedor ruido que generaban las explosiones, más de 17 vecinos juntaron firmas y enviaron oficios a autoridades municipales y federales para que no permitieran que Operadora de Explosivos continuara haciendo ese tipo de trabajo junto a sus casas. Y es que en un predio frente a las calles aledañas a Bugambilia, decenas de rocas estaban siendo preparadas para ser destruidas, y se encontraban a pocos metros de sus casas, literalmente cruzando la calle. A finales de febrero, los vecinos José Luis Torres Yocupicio, José Emanuel Ley Torres, José Rodolfo Solorio Rosales, Fernando Espinoza Prado, Gilberto Esparza Tapia, Gilberto Carbajar Galicia, Brenda Ma. Castañeda Avilés, José Estrada Mérida, José Alberto Amezcua Guardado; Faustino Rocha Pérez, Lorenzo González López, Palmira de Jesús García León, Lucía Montalvo Silveira, Celia Aurora Espinoza Arellano, María Magdalena Moreno G., Eva Carolina Antunez Martínez, Juan Pablo Soto Silva y otros, enviaron un documento solicitando un alto a las detonaciones. Este documento fue dirigido al comandante en turno de la Guarnición Militar de El Ciprés, debido a que la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) se encarga de supervisar el uso de explosivos, que de acuerdo a Norberto Tagle, de Casas GEO, en todo momento estuvo presente cuando Operadora de Explosivos realizaba su actividad. La SEDENA recibió el escrito el 25 de febrero, mismo que fue sellado por el Cabo Archivista P. González T. Otras dependencias que recibieron la carta de los vecinos fueron: Dirección de Bomberos del XX Ayuntamiento; Delegación XV del INFONAVIT; Dirección de Catastro y Control Urbano del municipio; Secretaría de Administración Urbana Municipal; Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Baja California; entre otras dependencias municipales cuyos sellos resultaron ilegibles. Tras narrar lo ocurrido el 14 de febrero, los vecinos refieren que debido a las explosiones “… que se están llevando a cabo en los predios aledaños a nuestras propiedades, se está alterando la tranquilidad pública y la seguridad de quienes allí habitamos. Y en virtud de que la SEDENA es la autoridad competente para negar, SUSPENDER o CANCELAR discrecionalmente los Permisos Ordinarios, como es el caso que nos ocupa, cuando las actividades amparadas con los permisos entrañen peligro para la seguridad de las personas, instalaciones o puedan alterar la tranquilidad o el orden público, SOLICITAMOS A USTED SEA SUSPENDIDO O CANCELADO EL PERMISO OTORGADO A LA EMPRESA DENOMINADA OPERADORA DE EXPLOSIVOS, S.A. DE C.V., para que no sigan causando daños de difícil reparación o irreparables a nuestra persona, familias, mascotas, bienes, propiedades, y afectaciones a nuestra salud, ya que tenemos conocimiento que se van a seguir dinamitando los predios en los cuales se pretende construir (viviendas) y que tienen gran cantidad de rocas”, refiere el escrito. Pese a que ZETA no pudo confirmar con Casas GEO si en efecto la empresa dejó de utilizar los explosivos a petición de la SEDENA, Operadora de Explosivos cambió el método para destruir las rocas a un proceso químico con inyección de un cemento que, al secarse, se expande y truena las rocas de adentro hacia afuera. Sin embargo, los problemas continuaron. Vecinos del lugar comentan que ahora, al dejar de utilizar los explosivos, la compañía comenzó a taladrar las rocas frente a sus casas, con un ruido constante que se extendía por horas y semanas. “¡Desde las nueves de la mañana hasta la noche, no paran de taladrar!”, reclamó una vecina que, aseguró, los altos decibeles del constante martilleo, le generaron fuertes dolores de cabeza; hecho que estaba ocurriendo mientras la afectada brindaba la entrevista al Semanario. A la fecha, ninguna autoridad municipal ha aplicado alguna sanción a Operadora de Explosivos tras lo ocurrido el 14 de febrero. Sindicatura Municipal realiza un seguimiento burocrático del tema, pero nada más. La Dirección de Control Urbano nunca reportó a sus superiores respecto a las medidas que tomaría al ser un área de su competencia, mientras la Secretaría de Administración Urbana permanece como una dependencia acéfala y sin encargado de despacho. Otras áreas del gobierno municipal, como Protección Civil y la Dirección de Bomberos, tampoco sancionaron y el asunto no trascendió. Para los vecinos de Los Encinos, el tema no debió haber pasado desapercibido, ya que si la roca que impactó y fracturó la casa hubiera golpeado a una persona, pudo haber ocurrido una desgracia; de ahí la necesidad de la sanción. Además, no ha sido el primer problema denunciado por los residentes. De acuerdo a distintos testimonios de habitantes del lugar, meses atrás, en ese mismo fraccionamiento y a pocas cuadras de distancia de la calle Bugambilia, uno de los vecinos, propietario de una pequeña tienda de abarrotes, caminaba con su hija y un empleado de Casas GEO por una de las calles, cuando de pronto fue alcanzado en un tobillo por una roca que salió disparada, tras una detonación que la desarrolladora de vivienda realizaba a decenas de metros de distancia. Luego de ser recibido por personal de la empresa, el afectado y GEO llegaron a un acuerdo que terminó en algunos beneficios para su vivienda a cambio de evitar un escándalo. Pidiendo reservar su nombre, familiares del afectado confirmaron que así fue, y cuentan con fotografías y expedientes médicos para probarlo. No obstante, cuando ZETA preguntó a Tagle si había existido algún otro incidente además del ocurrido el 14 de febrero, aseguró que no fue así. Las quejas de vecinos en torno a las explosiones se dieron en decenas. Incómodo y peligroso les resulta vivir en un fraccionamiento que todavía está en construcción y destruyendo rocas de toneladas de peso a pocos metros de distancia. A ello se suman quejas de más explosiones generadas por el Gobierno del Estado, en la construcción del Libramiento Ensenada, tanto del puente “más grande del estado”, en el Cañón de Doña Petra, como de la apertura de cerros para construir la vialidad. De ese asunto, el representante de Casas GEO se deslinda, pero confirma lo que los vecinos externaron en sus quejas. Que sí hubo explosiones en el Libramiento Ensenada y que habían sido en la madrugada, despertando a decenas de familias en Los Encinos y nuevamente afectando su vida privada. En un recorrido por las calles de este fraccionamiento, aún se pueden ubicar distintas rocas que están siendo programadas para su destrucción, y siguen siendo parte fundamental del reclamo de los residentes.