Primero fue una escultura de metal, un toro enorme en uno de los principales bulevares, por cierto, pícaramente lo bautizaron el “buey de Urbalejo”. El alcalde de Tecate se ha empecinado por decorar la ciudad con esos llamativos animales. Javier Urbalejo también compró e instaló un caballo, un dinosaurio y recientemente, frente a la policía municipal un águila devorando una serpiente, tal como en el escudo nacional. Como que Urbalejo no ha entendido el concepto de pueblo mágico. Pero la vergüenza fue mayor cuando se terminó de instalar la enorme ave de metal: al momento de develar la escultura se dieron cuenta que les había quedado viendo al lado contrario de la bandera nacional, quedó al revés, una vil fayuca del símbolo patrio.