Tal como iba a pasar con arropado del PAN a la gubernatura, a Francisco Vega de Lamadrid, lo conquistaron los cariños electorales de Jesús González Reyes y Jorge Ramos, cabecillas de la ya famosa mafia blanquiazul, los capitanes de los neo panistas que tanto criticó Vega. Así se les ve a estos tres –anteriormente– irreconciliables: cachete con cachete, ombligo con ombligo y todo lo demás, pegaditos pues; tanto que los incondicionales del futuro candidato se sienten desplazados e ignorados. Loreto Quintero, su particular de vida, Ricardo Magaña, su amigo o el diputado Juan Manuel Gastélum han llenado y exprimido de lágrimas una y otra vez sus paños. El drama a todo lo que da…