El no hacer escándalo ante el dedazo que hizo feliz a Castro Trenti, también tiene sus pagos. Carlos Bustamante, otro iluso alborotado por la fortuna del hoy presunto candidato a gobernador, tuvo varios premios, uno de ellos es la aprobación de sus cuentas públicas. Muchos se preguntarán, cómo. Castro pilotea desde fuera y dentro el Congreso del Estado y por ende el Órgano de Fiscalización Superior, el cual no ha aprobado ninguna cuenta de ninguna entidad del 2011 mucho menos del 2012, excepto las del hoy agachado alcalde. Ahora resulta que las finanzas de Bustamante están limpias y sanas. Favor con favor… se cobra.