Quien se gorgorea de la risa por gastar y usar los recursos del gobierno para su campaña adelantada sin que nadie lo reprima, es Mario Osuna, subsecretario de Desarrollo Social del gobierno estatal. El panista avaricia el Distrito 10, y por ello utiliza nómina y recursos para promocionarse, sobre todo en horas de trabajo. La última vez lo vieron carcajeándose porque al fin lograron bajar a Carlos Torres, ex aspirante fracasado a la alcaldía de Tijuana, quien venido a menos soñaba -a lo más- con una diputación local. Con todo y sus varios reportajes pagados en diversos periódicos, Carlitos se va derrotado. Otro que le hace competencia -por así decirlo- es Rodrigo Robledo, ex dirigente municipal, quien solo ha de tener los votos panistas que alcance a contar con los dedos de su mano. Todo está limpio para el funcionario-aspirante. Así la nómina al servicio de un panista ambicioso y sin castigo alguno.