Incumpliendo leyes y reglamentos, la administración de Carlos Bustamante asigna permisos de bares disfrazados de restaurantes en la colonia Cacho, los cuales operan hasta altas horas de la madrugada, bajo el solapamiento de las omisas autoridades que, “lejos de ponerles freno, se convierten en sus asiduos clientes”, acusan vecinos de una de las colonias más emblemáticas de Tijuana. Ante ello, un grupo de colonos ya se prepara para hacer frente a lo que suponen es la pretensión del gobierno de Tijuana: “Hacer de ‘La Cacho’ una gran cantina, lo cual no estamos dispuestos a permitir”, advirtieron. No se trata de uno o dos establecimientos, sino de una proliferación que inició en forma moderada a finales del gobierno de Jorge Ramos y que se ha desatado durante la gestión de Bustamante al frente del gobierno municipal. “Los establecimientos inician su operación como restaurantes, luego fungen como restaurant-bar, pero sin respeto de los horarios de venta de bebidas embriagantes, porque aunque cierran sus puertas, los clientes se quedan adentro a seguir la farra hasta el amanecer del día siguiente. El escándalo, pleitos y accidentes automovilísticos se suceden en las calles después que salen de esos antros”, señalan los afectados. Ignorados en la asignación de uso de suelo para negocios con venta de bebidas etílicas, y ante el desinterés de las autoridades encargadas de controlar y regular este tipo de establecimientos, los inconformes han optado por agruparse en un frente común. Como primera medida interpondrán una denuncia para que esos negocios con disfraz de restaurantes sean retirados de las inmediaciones de las escuelas “Francisco I. Madero”, “José María Pino Suárez”, Mentor Mexicano e Instituto Progreso. En particular, se pronuncian en contra de la operación de un negocio denominado La Bodega, el cual se ubica sobre la calle Guanajuato, entre España y Dinamarca, y carece de licencia para operar con venta de bebidas embriagantes; aunado a que se encuentra en pésimas condiciones, lo cual implica un riesgo para los vecinos. “Ahí es común ver al alcalde Carlos Bustamante, funcionarios y regidores, hasta Jorge Hank es cliente del lugar, el cual generalmente opera a puerta cerrada, pero con gran escándalo”, denuncian los colonos. De ese caso ya se presentó una queja formal en el municipio, “pero aunque se nos dice que fue clausurado, lo cierto es que se encuentra cerrado por remodelación, así se lee en el letrero que colocaron”. El licenciado Juan Carlos Fernández, asesor de los vecinos, expone que se ha acudido ante la delegada de la Zona Centro, Rosa Aurora Martínez, y el titular de la Dirección de Inspección y Reglamentos, Daniel León, quienes se limitan a señalar que no pueden hacer nada al respecto por tratarse de permisos otorgados por la anterior administración. “Al cuestionárseles sobre el incumplimiento del reglamento al no requerir la anuencia de los vecinos para su operación, la respuesta es que estas ordenanzas están llenas de lagunas, por lo que poco pueden hacer”, precisaron los vecinos. Entrevistado sobre el caso, Daniel León indicó que sí se ha atendido a los quejosos y que La Bodega se encuentra en calidad de clausurada. Del resto de los establecimientos, sostuvo que no venden alcohol, “solo operan como restaurante, y son inspeccionados constantemente”, acotó. Isabel Mercado