Le sonó el teléfono y se la cantaron: “sabemos dónde vives y cuántos hijos tienes”. Entonces al diputado Víctor Navarro le salió lo gallo, les recordó la mal afamada madre y colgó su celular. Supo que se trató de una amenaza un día después de abstenerse a votar en la reforma política que impulsaba el PRI en el Estado. Les faltó un voto para concretarla en el Congreso y el del diputado del Partido Verde Ecologista no lo consiguieron. Navarro dice que ni miedo siente ante la “cobardía” de los amenazantes. Y es que los niños verdes ya crecieron y hasta de superhéroes la juegan.