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lunes, octubre 7, 2024
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Ocultan y olvidan pobreza en Ensenada

En tres años de intentos, de 2008 a 2010, las estrategias de funcionarios de todos los órdenes de gobierno en Baja California y el gasto de cientos de millones de pesos para la erradicación de la pobreza, no mejoraron ni un ápice las estadísticas en ese rubro, y ahora hay más pobres que antes. Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), analizados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), dejaron claro que en ese lapso, el nivel de pobreza en la entidad aumentó de un 26.4, a un 32.1 por ciento entre la población; periodo en el que se rebasó la línea del millón de pobres, encuadrados en los rangos de pobreza moderada y extrema. Baja California pasó de 799 mil 500 pobres en 2008, a un millón 17 mil 500 en 2010. En el caso del municipio de Ensenada, cuya población en nivel de pobreza a 2010 representaba el 36.1 por ciento, factores político-administrativos generados al interior del XX Ayuntamiento han afectado y retrasado la aplicación de recursos para el combate a esta problemática de desarrollo social, particularmente en lo que respecta a la aplicación de recursos federales del Ramo 33. Esto es, que la urgencia y necesidad de apoyos en comunidades marginadas, en especial hacia la zona sur del municipio, donde se encuentra la mayor cantidad de personas en situación de pobreza extrema, ha pasado a un segundo plano, mientras presidente municipal, regidores, secretarios y directores de áreas debaten cómo habrán de utilizar el recurso, que en 2011 fue de 81 millones 438 mil pesos.  Retrasos y falta de transparencia en la aplicación del Ramo 33 continúan sin explicación, y las denuncias por abuso de autoridad, infidelidad en la custodia de documentos públicos y colisión de funcionarios, entabladas por Óscar Soto Brito a principios de 2012, tras una negativa del gobierno local por brindarle información sobre el manejo del recurso del año anterior, siguen vigentes ante el Ministerio Público. Para finales de septiembre de 2011, debido a jaloneos, dimes y diretes entre funcionarios municipales en Ensenada, las obras con recursos del Ramo 33 apenas comenzaban a realizarse. Era un retraso fuera de lo común, pues de acuerdo a empresarios constructores y funcionarios municipales entrevistados en ese entonces, las obras normalmente inician desde el mes de abril. El retraso llevó a una apretada programación de 200 obras y una aprobación rápida o

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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