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jueves, septiembre 19, 2024
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Otra ejecución de “La Oficina”

Asesinaron a Fidel Eduardo Verduzco Collins, alias “El Morro” Desde hace un mes, el narcomenudista Fidel Eduardo Verduzco Collins, alias “El Morro”, había recibido amenazas de muerte por parte de células del Cártel de “La Oficina” para que dejara de vender y distribuir droga en el poblado turístico de Los Barriles, localizado a 80 kilómetros al sur de la ciudad de La Paz. De lo contrario, el joven de 19 años que pretendía asumir el control de la plaza del narcomenudeo en esa comunidad, de escasos 2 mil habitantes, sería levantado y asesinado, tal y como apareció cerca de las 7:30 de la mañana del viernes 31 de agosto, a la altura del Kilómetro 119+300 de la carretera federal La Paz-Los Barriles, en la curva del puente de San Bartolo. Según la necropsia del médico legista de la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), “El Morro” fue estrangulado y quemado, tras haber sido severamente torturado. Su cuerpo presentaba golpes en el lado derecho de la frente y hasta la nuca, así como hemorragias en el pulmón y corazón, provocadas por golpes contusos con algún objeto. Ese día, el cadáver del narcomenudista fue tirado a la orilla de la carretera y los automovilistas reportaron el hallazgo, cuando al pasar por el lugar, observaron el cuerpo de un hombre tirado y quemado en plena carretera. En la escena del crimen, la PGJE encontró el cuerpo de la víctima boca arriba y sin camisa; portaba shorts y sandalias. La zona fue acordonada de inmediato, y hasta el lugar llegaron policías ministeriales, estatales y fuerzas militares. Por la forma en que fue asesinado y el modus operandi de los criminales, los investigadores del caso de inmediato supieron que se trataba de un nuevo ataque de “La Oficina”. Apenas el 15 de agosto -es decir, quince días antes-, las células de esa organización delictiva habían levantado y asesinado a los jefes de la plaza del narcomenudeo de La Paz y Comondú: Héctor Antonio Salazar Monzón “El Oaxaco” o “El H”, y José Guadalupe Puentes Calderón “El Garapiñado” o “El Lupillo”. Como el caso del narcomenudista Fidel Eduardo Verduzco Collins “El Morro”, “El Oaxaco” y “El Garapiñado” fueron levantados, torturados, asesinados y posteriormente quemados. Hasta hoy, y según el recuento de casos en investigación y en manos de la PGJE, las células del Cártel de “La Oficina” han perpetrado -incluido el de “El Morro”- cinco crímenes en lo que va del año: – El 24 de enero fue levantado y asesinado el narcomenudista José Luis Oceguera “El Chilango”, en un paraje de la colonia El Zacatal de San José del Cabo. Tenía el tiro de gracia en la cabeza, de una bala calibre 45. Sobre su cuerpo estaba un cartel que textualmente decía: “Esto les va estar pasando a los pendejos que jalen con el Víctor y el pinche Javier y no somos ZETAS putos”.   – El 26 de marzo fue ejecutado el agente de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y  Tránsito Municipal de Los Cabos, Ismael de la Peña Lara “El Peñita”, cuando iba de su casa a su trabajo y fue sorpresivamente rafagueado con un rifle de asalto AK-47. Su acompañante, otro policía de nombre Gilberto Felipe Ángeles Meza, resultó herido de bala. – El 15 de agosto fueron levantados y ejecutados los jefes del narcomenudeo Héctor Antonio Salazar Monzón “El Oaxaco” y José Guadalupe Puentes Calderón “El Garapiñado” o “El Lupillo”, en el rancho Cuatro Corrales del poblado de San Luis Gonzaga, en el municipio de Comondú. De los cinco homicidios, únicamente se ha resuelto el caso de “El Chilango”, donde fueron detenidos tres de los asesinos materiales: Martín Guadalupe Ceseña Ceseña “El Martincillo”, José Antonio López o Joseph Antony López “El Tony” o “El Gringo”, y Ángel Rivero López “El Tigre” o “El Chino”, este último había sido apuntalado para ser el jefe de plaza del narcomenudeo en San José del Cabo por parte de “La Oficina” y desbancar a Javier López Rivera, Javier Acosta López o Javier Munguía “El Javier”. La investigación Hasta el cierre de esta edición, los primeros datos recabados por agentes investigadores del caso indican que un día antes del hallazgo de su cadáver, “El Morro” circulaba en un vehículo color negro modelo Bora, acompañado de José Luis Cabrera “El Chupa”, Agustín González Ramos “El Guty” y un sujeto identificado con el apodo de “El David”. Los testigos explicaron a los investigadores –y cuya versión obra en el expediente- que el narcomenudista andaba de fiesta con estas personas, algunas de las cuales provenían de Los Cabos, “y estaban enteradas –confesaron- que trabajaban para el Cártel de ‘La Oficina’”. Antes de morir, el propio delincuente había contado a su padre y madre –así lo reconocieron en sus declaraciones- que había sido amenazado de muerte por células del grupo delictivo, sin embargo, hizo caso omiso y siguió con sus actividades delictivas, ya que pretendía asumir el control de la plaza, según platicó a uno de sus amigos. El día de su levantón, Fidel Eduardo Verdugo Collins fue contactado por los tres sujetos, quienes lo invitaron a tomar y a platicar para llegar a un acuerdo sobre el control de la plaza del narcomenudeo de Los Barriles. El delincuente aparentemente se confió, y desde ese día ya no apareció, hasta que se le encontró muerto sobre la carretera federal. Los tres acompañantes, “El Chupa”, “El Guty” y “El David” desaparecieron, y hasta el cierre de esta edición, no habían logrado ser ubicados por agentes de la PGJE, por lo que –a decir de los investigadores-, eran por el momento los presuntos responsables materiales del atroz crimen. La llegada Los últimos crímenes registrados en la región, son un tema que preocupa al Grupo de Coordinación de Seguridad Pública de Baja California Sur, sobre todo, según uno de sus integrantes, “por la saña y el método que últimamente se ha utilizado en contra de las víctimas, y con la frecuencia en que cada vez se cometen los ajustes de cuentas”. En 2011, el Cártel de “La Oficina” -según revelaciones de los sicarios Jesús Manuel Reyes Flores “El Negro” y Jaime Alberto Alvarado Moreno “El Jimmy”, detenidos el 26 de julio en el estado de Aguascalientes- asesinaron a dos personas: Martín Márquez Ruiz y Enrique Gervasio Martínez, Comandante del Grupo contra Homicidios de la Policía Ministerial del Estado en Los Cabos y Teniente de Corbeta de la Secretaría de la Marina. Sin embargo, de acuerdo a investigaciones de la PGJE, son también presuntos responsables del levantón, tortura y ejecución del ex jefe de la plaza de Cabo San Lucas, Eleazar García Gómez “El Belén”, Fidel Valenzuela Sánchez, Heriberto Enrique Cejudo y Octavio Herrera Cruz, ocurridas el 4 de agosto de 2011, cuando llegaron a apoderarse de la plaza del destino de playa más importante del estado, y de cuyo crimen inicialmente se había responsabilizado a Javier López Rivera, Javier Acosta López o Javier Munguía “El Javier”.  El grupo delictivo no solamente ha reclutado delincuentes en la entidad, sino que ha traído un sinnúmero de criminales de otros estados, como los que perpetraron el homicidio del ex jefe de la plaza de Cabo San Lucas. Algunos ya detenidos en 2011 son: – Jesús Javier Cruz Rivera “El Gordo”, Alejandro Hernández Hernández, Raúl Ramón Salazar, José Ramón Montes Hernández y Roberto Soler Hernández, el 5 de agosto. – Heriberto Mares Morales “El Tepo” o “El Heri” (4 de octubre). – Néstor Adrián Vélez Victorio “El Cuervo” (18 de agosto). – Hermes Heladio Rivera Reyes y José Ramón Cota (19 de septiembre). Cuando la PGJE detuvo a estos integrantes de “La Oficina”, se incautaron dos rifles de asalto AK-47, una pistola calibre 45, dos pistolas 9 milímetros y un cargador con ocho tiros; parte del armamento de un arsenal que el 25 de octubre de 2011, la Policía Ministerial del Estado había detectado en el teléfono celular de uno de los responsables del crimen del Comandante Martín Márquez Ruiz, donde –según confeso a los policías investigadores- “tenían granadas, rifles de asalto, pistolas, pecheras y hasta lanzacohetes”. Desde esa fecha y hasta ahora, las revelaciones tienen la atención de las Fuerzas Armadas, la PGJE, Policía Federal Preventiva y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, ya que el resto del armamento no pudo ser localizado,  el cual desapareció de la casa de seguridad, en el fraccionamiento Brisas del Pacífico de Cabo San Lucas, cuando hubo un enfrentamiento a balazos entre delincuentes y policías. Ahí murió abatido a balazos uno de los sicarios, Héctor Javier Arredondo Díaz “El Mazo”, mientras dos de sus cómplices habían logrado escabullirse de la justicia, hasta su detención en Aguascalientes por la Procuraduría General de Justicia del Estado.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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