Líneas de investigación sin revisar Mauricio Antonio Molina Navarro estaba en el lugar y en el momento equivocados, se fue de fiesta con uno grupo de jóvenes que acababa de conocer, quienes resultaron ser, de acuerdo a los datos recabados por la policía ministerial, una peligrosa banda de narcomenudistas y polleros. Quienes, conforme a una de las líneas de investigación de la procuraduría local, le dispararon a quemarropa. El joven estudiante de la Facultad de Ingeniería murió de un disparo de fuego en el costado del pecho, luego su cuerpo fue dejado en una casa abandonada en la zona oriente de Mexicali, donde finalmente 13 horas después de su asesinato lo localizaron. Fue el viernes 19 de noviembre del 2010 cuando Mauricio Antonio obsequió seis entradas a un juego de beisbol a un amigo, quien a su vez invitó a otro grupo de compañeros, en agradecimiento éstos lo invitaron a seguir la parranda. Jamás se le volvió a ver con vida. Según investigadores de la procuraduría estatal –que hablaron bajo condición de anonimato– el joven había salido del juego junto con un par de amigos a un table dance, en donde convivieron con algunas mujeres dentro del establecimiento, sin embargo fue ahí donde se le perdió de vista al universitario. Investigan Culminada la primera etapa del proceso de investigación, fueron 15 las personas las que testificaron en relación con el homicidio, versiones que resultaron en dos hipótesis que se integraron a la investigación con el Número Único de Caso (NUC) 0202-2010-8630. 1.-La primera indica que el joven salió del table dance y siguió la fiesta con dos conocidos de sus amigos. Como a los muchachos de su edad, le gustaba la parranda y ante la invitación de los también universitarios decidió acompañarlos. En esta parte de la indagatoria, trascendió que los jóvenes que invitaron a Mauricio se dedicaban presuntamente al tráfico de personas. 2.-La otra versión refería que no fueron dos, sino una persona desconocida, quien invitó a Mauricio a una convivencia en el ejido Puebla al oriente de la ciudad, donde dos días después fue encontrado su cuerpo sin vida. Los dichos que conducen la investigación en este sentido, no están contemplados como relevantes en el expediente al que ZETA tuvo acceso. Ambas hipótesis apuntan a una posible riña entre los acompañantes y el joven, la cual, presumen, se dio después de haberse trasnochado y ya en el segundo día de la parranda. Esto se desprende principalmente de los exámenes periciales al cuerpo, además de que al joven le gustaba practicar boxeo y era conocido por sus compañeros porque “los cuidaba de los abusones”. Ésta es la principal hipótesis de la corporación investigadora. Mauricio Antonio no contaba con antecedentes penales, y en los exámenes toxicológicos salió limpio de sustancias prohibidas, además la investigación apunta a que el muchacho no falleció en el lugar donde fue encontrado su cuerpo, por lo que se ha complicado conocer más detalles. Una bala en el abdomen El Jefe del Servicio Médico Forense Francisco Acuña Campa explicó que el estudiante de 22 años falleció por un impacto de arma de fuego que le perforó el abdomen de entrada y salida, el orificio tiene un diámetro de 1.3 centímetros, por lo que se desprende que fue un calibre grueso el que terminara por quitarle la vida al joven. La trayectoria del impacto fue de frente, de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda. Tal impacto laceró hígado, intestino y el colón, por lo que produjo un sangrado que después de varios minutos causó un choque hipoglucémico y por consiguiente la muerte. Acuña mencionó que cuando el cuerpo de Molina Navarro llegó a las oficinas de Semefo no tenía prendas de vestir –lo que es irregular–, por lo que no se podría especificar a qué distancia fue el impacto, debido a que es en las prendas donde queda el rastro de pólvora crucial para conocer la distancia en que el arma fue disparada. Indicó también que el cadáver presentaba distintas lesiones, una en el pómulo izquierdo, párpado superior derecho, derrame ocular derecho, golpes en el labio inferior, escoriaciones en el codo izquierdo, en la mandíbula, en tórax donde se encontraron múltiples contusiones las cuales le infringieron antes de la muerte. El cuerpo fue recibido el 26 de noviembre en las instalaciones de Semefo. Al momento de llegar a la jefatura contaba con aproximadamente 13 horas de muerto, en vista de que no contaba con signos de putrefacción, por lo que no se descarta que el joven pudiera haber estado 24 ó 36 horas vivo después de su desaparición. Sin embargo la falta de ropa al momento de llegar el cuerpo a SEMEFO no es la única alteración a la escena del crimen. Según testigos entrevistados por familiares del joven, fue movido dentro de la misma vivienda, ya que al momento de ser reportado se encontraba acostado, cuando Periciales llega al lugar el joven estaba flexionado, “lo bolsearon” indicó uno de los entrevistados. El cuerpo de Mauricio fue localizado la madrugada del viernes 26 de noviembre cerca de las 7 de la mañana. Sin embargo por lo menos tres testigos de las viviendas contiguas testificaron que una patrulla de la Dirección de Seguridad Pública Municipal estuvo tres horas antes, se estacionó de reversa y permaneció por espacio de 20 minutos en la vivienda abandonada. Los declarantes refirieron que en la avenida Tasajo y Quetzalapa en el fraccionamiento Valle de Puebla no entran las patrullas, de hecho por ser el final de la colonia no hay mucho tránsito, por lo que les resultó sumamente sospechosa la aparición del pick up de la policía municipal antes de la aparición del cuerpo de Mauricio. Familiares del joven denunciaron que las patrullas de la zona nunca fueron investigadas pese a que existía un oficio en donde se pedía que aplicaran las pruebas científicas necesarias, sólo dos unidades fueron revisadas, el resto de los vehículos desaparecía al momento de las inspecciones. Más dudas Dentro de la declaración del grupo de jóvenes que estuvieron con Mauricio antes de su desaparición, existen contradicciones y mentiras, incluso en el mismo expediente se constata que uno de los involucrados le pedía a un amigo que dijera que estaba con él al momento del homicidio aunque el testigo declaró lo contrario y las pesquisas terminaron ahí. Marvin “N” fue la última persona que vio con vida a Mauricio. En su primera declaración dijo que le dio 100 pesos para que pidiera un taxi, luego cambió la declaración y reconoció que lo dejó supuestamente en una casa abandonada y en su testimonial reconoce ser pollero y niega enfáticamente haber matado al joven. Otro involucrado es Guillermo “N”, quien reconoce que estuvieron bebiendo en su casa en Montecarlo, por lo que la PGJE indicó haber revisado su casa y la de otro sujeto que estaba en la reunión, sin embargo en las copias a las que ZETA tuvo acceso, no existe registro de que se revisaran. Aun más, “Henry” es uno de los agentes ministeriales que estuvieron presentes cuando fue localizado el cuerpo de Mauricio, él no participaba directamente en la investigación, luego de varios meses este agente de la PGJE le dijo a los familiares que se quedaba a cargo de esclarecer el homicidio. Pidió toda la información que tenía la familia, la cual habían investigado por su propia cuenta, después de darle el nombre de un “pollero” de una banda rival que les proporcionó datos, el agente desapareció del caso. Fue el fiscal Ramón Valdez quien les informó a los familiares que “El Henry” ya no colaboraba para la corporación o al menos ya no en el caso, les indicó que por una falta había quedado fuera del asunto y que habían cometido un error al darle información al propio ministerial, no les dieron más datos, “la ropa sucia se lava en casa”, les indicaron. También desde el inicio, los agentes ministeriales les sugirieron no llevar el caso a los medios de comunicación, en un tono que sonó a advertencia. “Si lo llevan a los medios de comunicación no vamos a investigar”, les indicaron en ese momento, aunque no refieren el nombre de agente. La familia Entrevistados en anonimato, familiares de Mauricio Antonio señalan tener temor por represalias debido a que los involucrados en el homicidio es gente protegida, aseguran que ha existido ineficiencia por parte de la PGJE y que la corporación no se encontraba preparada para enfrentar el Nuevo Sistema de Justicia Penal, aseguraron que la totalidad de la investigación ha corrido por su propia mano. Se quejan del trato burocrático al que han sido sometidos, “las pruebas de ADN se retrasaron meses porque no había reactivos”, e increpan a la autoridad a que toda la evidencia se mande a Tijuana porque no existe el equipo en Mexicali, diligencias que retrasan el proceso. “Para todo hay que esperar meses”, exponen, y aseguran que dentro de la investigación han existido errores y pese a que los denunciaron no les atendían, retrasando aun más todo el expediente. Otro involucrado es una persona que le apodan el “Orange”, porque tenía una discoteca en la Avenida Justo Sierra y era señalado como proveedor de drogas, pese a que su nombre está en el expediente no se le pudo mandar a hacer pruebas de ADN ni huellas dactilares porque el NSJP no se los permite, señalaron los agentes. Refieren la participación de otros agentes municipales, pero sin sustento, porque no se ha realizado una verdadera investigación, la familia señala que a Mauricio lo ejecutaron supuestamente “por faltarle el respeto al ‘el Ruco’ porque no sabía que era el jefe”. Al cuestionarles sobre la actuación de la PGJE señalaron, “muy mala, la investigación la hicimos nosotros, ellos no hicieron más que engrosar el expediente, no estaban preparados, es esa maldita frase con lo que me he topado, lo que permite y lo que no permite el Nuevo Sistema de Justicia Penal”. Jóvenes Luego de la muerte de Mauricio, integrantes de la Sociedad de Alumnos habían convocado a reunión así como por redes sociales para realizar una marcha desde la Facultad de Ingeniería hacia la PGJE pero ésta fue cancelada para darle mayor tiempo a la dependencia investigadora para que diera resultados, al final ha pasado año y medio y aún no existe un imputado por el homicidio. Juan Carlos Solís Quintero, miembro de la Sociedad de Alumnos y vocero de sus compañeros, dijo en aquella ocasión, que los estudiantes se encontraban desconcertados por las circunstancias que envolvían la muerte de Mauricio Antonio. “A pesar de que los días han pasado seguimos desconcertados con esa mala noticia y más por el hecho de la inseguridad que existe, lamentablemente nuestro compañero Mauricio estuvo en el momento equivocado y con las personas equivocadas”, señaló el universitario. Dijo haber tenido el 100 por ciento del apoyo de las autoridades universitarias además de que han mantenido la comunicación con los familiares, “Los tiempos han cambiado para los jóvenes, es un poco más difícil, no queda más que abrir bien los ojos”. Disputa principal línea de investigación; PGJE Miguel Ángel Guerrero Castro, coordinador de la Subprocuraduría Contra la Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de Justicia del Estado aseguró que una disputa es la principal línea de investigación que se tiene en relación a la muerte de Mauricio Antonio Molina Navarro. Y la tardanza en resolver se la adjudica al Nuevo Sistema de Justicia Penal. Guerrero Castro señaló que se entrevistó a todos los involucrados con los que tuvo contacto el día de su desaparición incluyendo las personas con quienes se fue a seguir la fiesta en Monte Carlo, donde supuestamente lo dejan. Cuestionado respecto a la ineficiencia denunciada por la familia, el investigador de la PGJE señaló que se investigaron desde las llamadas que el propio joven hizo a sus padres y señaló que aunque no exista una imputación directa contra algún responsable se tiene una línea de investigación que tiene que ver con las personas que lo vieron por última vez. “Si bien es cierto que algunas personas se dedican a la cuestión de cruce de personas, independientemente de la actividad que manejan, el muchacho no estaba relacionado en el tema ni mucho menos, aquí de lo que estamos hablando es de que esa noche algo pasó mal, con las mismas personas con las que se pudo haber encontrado o de otras que no están identificadas que se dedican al tráfico de personas y es ahí donde el muchacho pierde la vida”. Indicó que por las características de la herida de arma de fuego, posiblemente se pudo tratar de una riña entre el joven y el agresor. “La investigación sigue abierta, el NUN sigue abierto, no hay que olvidar que estamos bajo el esquema del nuevo sistema, el cual nos requiere pruebas más concisas, en el cual tenemos que llevar a cabo la investigación, pruebas más contundentes para poder llevar al responsable, entendemos la desesperación de los padres, pero en este caso desde el principio de las entrevistas ellos mismos se dieron cuenta de que incluso los mismos amigos del muchacho no querían cooperar, incluso había muchas contradicciones entre ellos mismos, se dieron cuenta de que el asunto estaba trabado”.