La accidentada elección presidencial del 1 de julio ha arrojado mucho qué analizar entre los intelectuales. La semana pasada, ZETA entrevistó a cuatro autores que ofrecieron opiniones muy certeras sobre el momento político que en estas fechas vive México. Ésta es la continuación de dichas conversaciones. Para empezar, la escritora Elena Poniatowska expresa contundente a través de este Semanario: “Peña Nieto no está preparado ni de chiste, como lo ha demostrado, para ser Presidente de la República. Carlos Fuentes dijo antes de morir que no quería ni pensar lo que podría pasar al país si Peña Nieto fuera Presidente”. Asimismo, el escritor Federico Campbell no duda en pronunciarse sobre el decisivo papel que jugó y sigue jugando Televisa en la comprada elección presidencial: “Televisa aglutina una serie de intereses empresariales sumamente poderosos que combinó con intereses políticos, sobre todo de personajes de la delincuencia política que tienen su asiento en el Estado de México como el de apellido Montiel, los hijos de (Carlos) Hank González, y otros personajes siniestros como Carlos Salinas de Gortari”. El escritor tijuanense autor, entre otros títulos, de “Post Scriptum Triste” (Ediciones del Equilibrista, 1994), “La Invención del Poder” (Aguilar, 1994) y “Máscara Negra” (Joaquín Mortiz, 1995), es lapidario: “El país está en manos de unos 25 grupos de empresarios y políticos que en su mayor parte no sólo procuran el poder para hacer negocios, sino, sobre todo y principalmente, para tener impunidad; y van por todo: Van por el petróleo, la minería de oro, van a hacer los grandes negocios. Es el caso de un país tomado por un grupo de cabrones”. De acuerdo con el historiador Enrique Krauze, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Enrique Peña Nieto, es igual al que mantuvo una hegemonía durante 70 años en el Siglo XX: “Buena parte de los sectores del PRI, muchos sectores del PRI son los mismos, los famosos dinosaurios, los sindicatos, los muchos gobernadores, la clase política y burocrática del PRI, pues en una medida importante es la misma”. Se le cuestiona a Krauze sobre la aspiración mexicana que ha bautizado como una “democracia sin adjetivos” (“Por Una Democracia Sin Adjetivos”, Joaquín Mortiz, 1986), y contesta: “(La de México) Es una democracia que va avanzando, es una democracia todavía frágil, joven, imperfecta, pero México es un proyecto, es una democracia en plena construcción a diferencia de los años del Siglo XX, donde México simplemente no era una democracia, era un país incluso antidemocrático, un país donde se simulaba la democracia”. En torno a la impugnación de la elección presidencial que encabeza Andrés Manuel López Obrador, Krauze advierte: “Si (AMLO) sigue estrictamente los canales jurídicos, bienvenida; siempre tiene que quedarse dentro de los ámbitos y de los márgenes de la vida institucional y de la jurídica”. El poeta Hugo Gutiérrez Vega advierte sobre el panorama que ha arrojado el antes, durante y después de la elección: “Es un panorama trágico desde el punto de vista humano, la situación del tejido social, de trampas inauditas complicadísimas en un sistema democrático que presume ser de los más avanzados del mundo; y por otra parte, la absoluta complicidad entre el aparato de coherencia interna del sistema capitalista, del sistema neoliberal. Aquí sí se unieron todos: la jerarquía eclesiástica, los banqueros, los Estados Unidos, el gobierno, los empresarios, todos se unieron, y guiados de alguna manera por los medios de comunicación electrónicos por el duopolio Televisa-TV Azteca, crearon esta figura bastante siniestra del señor Peña Nieto y lo convirtieron en Presidente con un cuidado de mercadotecnia, de promoción de imagen, que es casi de ciencia ficción”. El poeta ganador del Premio Periodismo Cultural Fernando Benítez 2010 lamenta que “estamos viviendo un momento muy difícil, y lo único que nos queda es lo que recomendó Andrés Manuel López Obrador: Esperar los términos legales dentro de la Ley, acudir a todos los recursos para demostrar lo ilegítimo de la elección para, inclusive, si es necesario, pedir su anulación y rescatar a la democracia mexicana de las manos de este conjunto de rapaces, tecnócratas en el peor sentido de la palabra y depredadores”. Finalmente, Elena Poniatowska no titubea al señalar: “Se debería pensar en anular las elecciones”.