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viernes, febrero 16, 2024
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Presentó Musacchio “200 años de periodismo cultural”

“El pretexto tradicional de los editores y directores para menospreciar el periodismo cultural es que no era negocio, ahora es negocio, y muy bueno”, refiere a  ZETA Humberto Musacchio a propósito de “México: 200 años de periodismo cultural. Tomo II”, publicado por el consejo Nacional para la Cultura y  las Artes (CONACULTA, 2013). El periodista cultural regresó a Tijuana luego de que en 2008 presentó “Historia del periodismo cultural en México” (CONACULTA, 2007), antecedente por cierto de la coleccionable antología “México: 200 años de periodismo cultural” publicada también por el Consejo en su primer tomo en 2012, le siguió el Tomo II en 2013 presentado precisamente en la Sala de Usos Múltiples del Centro Cultural Tijuana (CECUT) durante la XXXII Feria del Libro de Tijuana, el lunes 2 de junio. “‘México: 200 años de periodismo cultural’ es una antología del periodismo cultural con la pretensión de que el periodismo cuente lo que ha sido el desarrollo de la cultura de 1810 a la fecha”, expresó a Semanario ZETA Humberto Musacchio antes de su presentación en Tijuana. Tal como en su momento “Historia del periodismo cultural en México”, el título “México: 200 años de periodismo cultural” tampoco ha estado exento de polémica y reconocimiento, celebraciones y presentaciones editoriales en diversos escenarios literarios, desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), hasta la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, y que en esta ocasión tocó el turno a la Feria del Libro de Tijuana. Periodismo decimonónico De acuerdo con Humberto Musacchio en la presentación de su obra, “México: 200 años de periodismo cultural” recoge lo más importante que ha publicado la prensa mexicana sobre el desarrollo del pensamiento y las artes en nuestro país; recopilación que abarca de 1810 a 2010 y muestra cómo han evolucionado en ese lapso tanto la sensibilidad como la producción de nuestros creadores e intérpretes, cuáles han sido sus principales logros, cómo se han reflejado en nuestros impresos y de qué manera ha recibido la crítica los hechos sobresalientes de nuestra cultura. “En 2009 yo firmé un contrato para hacer esta obra, entonces se estableció que iban a ser seis tomos, después por razones editoriales, sobre lo que yo no tengo control, me dijeron que se reducía a tres tomos, el primero es el que apareció en 2012, que abarca de 1810 a 1910; el segundo va de 1910 a 1970 y el tercero de 1970  a la fecha, a 2010 para ser exactos”, refirió Humberto Musacchio. De tamaño legal y pasta dura, el volumen de 563 páginas amarillentas que dan una sensación de antigüedad reproduce la evolución del periodismo cultural en México, no solo en su manifestación escrita sino también en lo que se refiere a diseño, tipografía, cabezales, ilustración. El volumen I de “México: 200 años de periodismo cultural” empieza con el primer cotidiano de la Nueva España, “Diario de México”, mismo que surge el 1 de octubre de 1805. “Me parece que el periodismo cultural cobra auge a partir de 1805 con el nacimiento del Diario de México; yo no incluyo textos anteriores a 1810 porque éste es un libro que era para conmemorar el Bicentenario de la Independencia; entonces, empieza en 1810 pero empiezo con el Diario de México y la prensa independiente, la prensa de los insurgentes tiene también varias muestras de periodismo cultural y que traté de recogerlas”, expresa a Semanario ZETA Humberto Musacchio. “Ya en el México independiente, ‘El Iris’ (que aparece el 4 de febrero de 1826) es nuestra primera revista estrictamente cultural, la primera también con ilustraciones hechas en piedra, litografías, algunas a color, un periódico fundado por dos carbonarios italianos, Florencio Galli y Claudio Linati, y un cubano, José María Heredia, independentista que hizo historia en la cultura mexicana en los años 20 y 30 del siglo XIX, fue el primer director del Instituto Literario de Toluca, antecedente de la Universidad Autónoma del Estado de México”. Musacchio sostiene que “Registro Trimestre” es el primer suplemento cultural de la Ciudad de México: “A mediados de los años 30 del siglo XIX (1832) surge nuestro primer suplemento cultural, aunque trataba también de cosas técnicas de consejos útiles para el campo, etcétera, el hecho es que también se ocupaba de temas que hoy consideraríamos propios de un suplemento cultural, por ejemplo, temas literarios; este suplemento lo dirigió Pablo de La Llave, el veracruzano, y tenía como principal colaborador a don José Justo Gómez, el Conde de la Cortina, que aparte de colaborar en varias publicaciones hizo también algunas, él las editó, se acabó su fortuna publicando periodismo cultural, hay que decirlo en honor de él, en fin, un gran personaje con mentalidad política de derecha pero que culturalmente fue un revolucionario”. El primer volumen da cuenta, entre otras publicaciones culturales del siglo XIX, de “El Daguerreotipo”, “Semana de las Señoritas Mejicanas”, “El Ensayo Literario”, “El Pito Real”, “El Búcaro”, “Los amigos”, “El Nacional”, “La República”, “Revista de México”, “Ilustración Mexicana” y “El País”. Ante la enorme cantidad de publicaciones, Musacchio aclara cuál fue el criterio de selección que integra su propuesta: “Me encontré atrapado en una contradicción: El periodismo se encarga de lo inmediato; dice Renato Leduc que es la memoria de lo inmediato; entonces, buscar lo trascendente dentro de un producto que está hecho para lo inmediato es complicado, se dice que no hay nada más viejo que el periódico de hoy; entonces, lo que trasciende en el periódico de hoy, aparte de que tiene un valor informativo, tiene también un valor para la comprensión de lo que somos, de nuestra historia, de nuestra condición, eso es lo que yo traté de rescatar”. La prensa cultural del Siglo XX También de 563 páginas de tamaño legal pero de color grisáceo, en el segundo tomo de “México: 200 años de periodismo cultural” confluye la prensa cultural practicada entre 1910 y 1970, empezando por la antimaderista “Argos Magazine” de 1912, “La Nación” también de 1912 y, por supuesto, “El Universal Ilustrado”, que apareció en 1917 bajo la dirección de Carlos González Peña. “En el segundo tomo afortunadamente hay una buena cantidad de ediciones facsimilares, entones yo pude revisarlas en mi casa, yo las tengo, y las que no son facsimilares pues se pueden consultar con relativa facilidad en la hemeroteca; especialmente una publicación muy valiosa que es ‘El Universal Ilustrado’, tuve que trabajarla en la hemeroteca y ha sido todo un descubrimiento, una revelación porque es una publicación muy rica, muy abundante en firmas, en textos valiosos, su visión de la cultura y de lo que entendíamos por cultura en aquel momento, es una publicación de los años 20, desapareció en los años 30”. Se le pregunta a Musacchio cuáles eran las características del periodismo cultural después de la Revolución Mexicana: “Hay que decir que la Revolución mexicana (que abarcó de 1910 a 1917 la fase armada, la más violenta, y que después tuvo muchos sucesos de sangre todavía), impidió que el curso de la producción cultural se mantuviera en los términos en que se dio durante el porfiriato; sin embargo, en los años 20, ya pasada la fase armada había una especie de fiebre por entender quiénes éramos los mexicanos, a dónde íbamos, en dónde estábamos, qué habíamos logrado, qué había cambiado, cuál era nuestra historia, qué valores teníamos, todo eso se refleja en los murales que mandó pintar Vasconcelos, pero se refleja también de manera muy intensa en la prensa cultural. “No hay que olvidar que entre las principales publicaciones de los años 20 está, además de ‘El Universal Ilustrado’, las publicaciones de los estridentistas, un grupo de vanguardias que tienen varias revistas, y está sobre todo ‘Contemporáneos’, una revista muy rica por el material que contiene, es menos de pelea como sí lo eran las publicaciones de los estridentistas, pero ‘Contemporáneos’ era una revista de altísima calidad que hoy sería una revista que encabezaría el movimiento cultural”. Luego, Musacchio evoca también la importancia desde El Nacional hasta los años previos a Fernando Benítez en la creación de suplementos culturales en México: “Además de muchas y muy importantes revistas que se publicaron, aparecieron también el suplemento de El Nacional, que nace en 1929, y para 1930 ya tenía suplementos dominicales que podemos decir que eran suplementos culturales en el sentido amplio, publicaban cuentos, ensayos, retomaban las fechas patrióticas, y esos suplementos van cobrando forma, los dirigen además personajes como Luis Cardoza y Aragón, algunos de los estridentistas, gente de peso cultural”. El parteaguas en el periodismo Cultural surge desde la pluma de Fernando Benítez: “Cuando llega Fernando Benítez a la dirección del periódico El Nacional le encarga a Juan Rejano, un poeta republicano español, comunista, que haga un solo suplemento, porque aparecían varios suplementos, ninguno de ellos era específicamente cultural; le encarga a Rejano que haga un suplemento y éste hace la ‘Revista Mexicana de Cultura’ que duraría hasta los años 80; la ‘Revista Mexicana de Cultura’ es el primer gran suplemento cultural que hay en México. “Después, cuando Fernando Benítez es echado de El Nacional de mala manera, se va a Novedades y crea un suplemento histórico que es ‘México en la Cultura’; Benítez está toda la década de los 50 en ese suplemento, en el suplemento de Benítez es donde cobran fama o sientan plaza en el mundo intelectual personajes como José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, y otros. Después Novedades cierra el suplemento y Benítez y quienes lo hacían se van a la revista Siempre y echan a andar el suplemento ‘La Cultura en México’, los menciono porque me parece que son suplementos eje de la vida cultural”. Las últimas décadas de la prensa cultural Durante su presentación editorial en Tijuana, Musacchio anunció que no serán tres tomos, sino que se extenderá a cuatro: “Ya pedí que me autoricen dos volúmenes porque tengo demasiado material, hay mucha producción de periodismo cultural de los últimos 50 años”. Eso sí, aclaró durante la XXXII Feria del Libro de Tijuana: “Yo tengo el problema de que carezco de la necesaria perspectiva para juzgar qué se queda y qué es desechable, entonces voy a tener que meter necesariamente quizá autores, temas, que a la vuelta de unos cuantos años ya nadie se acuerda de eso, pero yo sí estoy obligado a meterlos porque no sé qué va a pasar; no tengo un criterio, pues, para saber qué vale y qué no vale de lo que se ha publicado”. Humberto Musacchio adelantó a través de este Semanario que a partir del tercer volumen dará cuenta de las revistas ‘Plural’ de Excélsior a principios de los 70 y el surgimiento de diversas publicaciones a raíz del golpe al periódico que dirigía Don Julio Scherer García: “Luego el golpe a Excélsior que suscita una diáspora en los periodistas, aparece Proceso, que tiene una sección cultural que ha sido siempre muy importante, el periódico Unomasuno, hijo pues de ese golpe a Excélsior, y la revista Vuelta de Octavio Paz; poco después, para competir con la revista Vuelta surge la revista Nexos dirigida por Enrique Florescano”. Musacchio aclaró que ahora sí incluirá algunas publicaciones importantes “de provincia”: “Yo trataré de incorporar publicaciones que me han parecido importantes, en Guadalajara yo conozco publicaciones de primer orden, periódicos que tienen una buena sección cultural, suplementos, el suplemento que dirigió el poeta Jorge Esquinca; en las últimas décadas ha habido me parce que un florecimiento cultural”. No obstante, para Humberto Musacchio, “el periodismo cultural es el de la ciudad de México, es el que marca la pauta; para empezar porque es la capital, es la ciudad que tiene más recursos, pero también porque los escritores, los intelectuales tienden a establecerse en la Ciudad de México. “Salvo, insisto, excepciones notables muy respetables, la mayoría de las publicaciones se hacen en la Ciudad de México, ahí es donde están los escritores que las hacen, no es un fenómeno nacional, esto es un fenómeno muy curioso; lo que ocurre es que los estados tienden a tratar de incorporarse a esta corriente cultural que marca la pauta de la ciudad de México; no es culpa de los intelectuales de los estados, es culpa del centralismo horrendo, aplastante que tenemos en este país”. Finalmente, se le pide una conclusión de la situación actual del periodismo cultural luego de su investigación en “México: 200 años de periodismo cultural”: “El periodismo cultural es cíclico, tiene grandes momentos y tiene sus bajas, pero en general yo creo que ahorita aunque no está en uno de sus mejores momentos me parece que tiene publicaciones ya con muchos años en el mercado, acaban de cerrar el suplemento de Reforma por cierto y el que cerró Víctor Roura; insisto, el periodismo cultural es cíclico, tiene grandes momentos, tiene sus bajas, pero en general creo que en México tenemos un buen movimiento, y la razón de que lo tengamos a partir de los años 70, 80, es que ya hay anunciantes para ese periódico”. “El pretexto tradicional de los editores y directores para menospreciar el periodismo cultural es que no era negocio, ahora es negocio, y muy bueno; hay varios anunciantes de plana completa; está CONACULTA, Bellas Artes, el INAH, el FCE, las universidades, las editoriales españolas, en fin, ya no se puede hablar de que el periódico cultural no es negocio, hoy es negocio y mucho más importante que el de muchas otras secciones; por ejemplo, el periodismo internacional no es negocio, sin embargo siguen despreciando al periodismo cultural”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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