Bien rasuradito. A veces encorbatado. Pelo bien recortado. Pecho inflado. Palabras remarcadas. Pronunciadas en tono muy audible. Como si fuera un niño recitando en la escuela. O contestando una pregunta del profesor luego de intenso “macheteo”. Así, Manuel Díaz Lerma, Secretario de Seguridad Pública. A veces durante entrevistas banqueteras.