Si la soberbia hiciera sudar “Los Buchoncillos” siempre andarían empapados. Les encanta presumir. Con ese mote son conocidos los chavos metidos al narcotráfico en Sinaloa. Algunos, parientes de mafiosos. La mayoría ayudantes o aprendices de tan insana ocupación. Les dicen también “buchones”. Y cuentan que su forma de ser casi es cultura sinaloense. Una amiga me dijo sobre estos jóvenes: “Es curioso ver sus caras de orgullo y presunción cuando los miras pasar en una camioneta ‘Lobo’ 2006. De doble cabina. Con acabados dorados y rines cromados. Y oírles cómo presumen a este o aquel narcotraficante”. Les fascina subir el sonido de su estéreo a todo lo que da. “Y no precisamente para disfrute propio, sino para que los demás oigan, los vean y sepan quiénes son”.