El predicador de la casa pontificia, franciscano capuchino y Cardenal Raneiro Cantalamesa, dice que “se es Babel si pensamos solo en hacernos famosos a nosotros mismos, en afirmarnos a nosotros mismos; se es Pentecostés (Ciudad de Dios), si afirmamos igualmente al otro y sobre todo a Dios. Hay Babel allí donde hay egoísmo y manipulación del otro; Pentecostés allí donde hay amor y respeto”.