Cuando millones de niños y adolescentes regresen a clases en el ciclo escolar 2021-22, muchos planteles escolares estarán prácticamente desmantelados; incluso se han robado hasta los equipos de videovigilancia, y en las entidades calurosas, como en Sonora y Baja California, no quedarán ni los difusores de aire o los valiosos compresores.