Julio César fue asesinado y con el tiempo las publicaciones fueron prohibidas por Augusto César. Las actas del Senado siguieron escribiéndose, pero sólo podían publicarse con un “permiso especial”. ¿No les suena conocido? Guardando las proporciones históricas y técnicas, la diurna urbis actae no fue otra cosa que la “mañanera” de Julio César.
Don Eligio era noticia por su vida pública y privada, más que nada. Fue regidor del Ayuntamiento de Tijuana y diputado en el Congreso del Estado, curul para la cual tomó posesión en medio de un operativo político para librar a los agentes federales que le querían aprehender por una orden debido a problemas fiscales