Sucede con narcotraficantes de infantería y “poquiteros”. Son enamorados por naturaleza, dinero fácil y poder. Les apasiona lucir mujeres encantadoras. Las visten elegantes. Otros con mal gusto, hasta resbalar en extravagancia. Pero entre los capos es distinto. No confían mucho en amores fuera del matrimonio o su pareja.