La irrupción armada en las oficinas del Semanario ZETA por parte del empresario Manuel Cisneros Romero, padre de Omar Cisneros Salcedo, no es un hecho aislado ni menor. Es un acto de intimidación que pone en jaque no sólo a la prensa libre, sino a la dignidad de Baja California. Y cuando se toca a Adela Navarro, se toca a la conciencia crítica de todo un país.