Pocas administraciones han tenido a un gobernador tan desacreditado como el que se tiene actualmente, Jaime Bonilla Valdez, a menos de dos años de gobierno y con meses para finalizar el mismo. Su frenética caída en torno a su popularidad ha provocado que incluso se le falte al respeto, como abiertamente lo ha hecho el candidato del Partido Encuentro Solidario (PES), Jorge Hank Rhon, quien sin preocupación lo acusa de “loco”.