Aunque su agresor está recluido en el penal El Hongo, en Tecate, procesado por tres causas penales por violencia familiar, una mexicalense no deja de sentir temor. Con toda impunidad y a través de un celular que mantiene en la prisión, el hombre sigue acosando a la mujer: le manda fotos, mensajes de WhatsApp, le habla por teléfono desde la celda que ocupa desde abril de 2025. La amenaza, la hostiga.