En la misma dinámica, que nunca antes había sucedido hasta que llegó Morena al poder, en Baja California, de manera increíble e insólita, en estos momentos hay dos alcaldes, una diputada federal y la gobernadora sin visa de turista para cruzar a los Estados Unidos. Tal privilegio, como suele llamarlo el secretario de Estado de la Unión Americana, Marco Rubio, les fue revocado debido a la inclusión de sus nombres en la sospecha de relaciones ilícitas o peligrosas.
Baja California es la entidad fronteriza del noroeste del País que más relación tiene con su contraparte en territorio norteamericano; con 40 cruces fronterizos, es el Estado mexicano que más puertas de acceso tiene a los Estados Unidos. Tijuana por ejemplo, ha sido catalogada como la ciudad más transitada del mundo debido a los 300 mil cruces de personas y vehículos al día por los distintos puertos de entrada.
Publicidad
En esa condición, la nombrada región CaliBaja es un territorio binacional con harta relación directa en muchos sentidos y sectores; en los negocios y el desarrollo de emprendimientos transfronterizos es uno de los más importantes puertos de entrada de mercancías por el pacífico. En cuanto a la educación, por ejemplo, en estos días, la Universidad Autónoma de Baja California inaugurará el Centro Education USA en colaboración con el Consulado de los Estados Unidos en Tijuana, y son múltiples los acuerdos que tienen universidades mexicanas con universidades norteamericanas para intercambios; muchos de los cruces diarios fronterizos de México hacia la Unión Americana son por parte de niños, adolescentes y jóvenes que estudian en instituciones académicas de California.
Por supuesto, en el tema de los cárteles de la droga, la inseguridad, el trasiego de estupefacientes y la violencia criminal, hay una estrecha colaboración entre las instituciones de procuración de justicia, las corporaciones policíacas, las agencias y departamentos de investigación, inteligencia y prevención. Las reuniones binacionales entre autoridades para combatir el crimen en la frontera son prácticamente de todos los días.
Publicidad
En política hay un hermanamiento de ciudades, y los alcaldes de las ciudades en ambos lados de la frontera suelen visitarse unos a otros para establecer políticas públicas de promoción económica, social, cultural o académica, o incluso hacer campaña en época electoral, fundamentando una buena relación transfronteriza para augurar más oportunidades.
En cuestión de turismo, es innegable la estrecha relación. Autobuses con habidos sibaritas gastronómicos suelen cruzar de los Estados Unidos a México para hacer recorridos en restaurantes gourmets, fondas, taquerías o recorrer la escénica para degustar una angosta en Rosarito, tacos de pescados y mariscos frescos en Ensenada, o probar la ensalada Caesars en su lugar de creación en Tijuana. A contracorriente, de México hacia los Estados Unidos, el turismo se centra en los centros comerciales, los muchos parques de diversiones de California, el aeropuerto internacional de San Diego o Los Ángeles, o los muchos equipos de primera división que juegan a lo largo de California, por mencionar algunos.
Publicidad
Así, en ese contexto de una intensa vida binacional en la región CaliBaja, resulta un despropósito para la vida transfronteriza que dos alcaldes, una diputada federal y la gobernadora no puedan entrar en territorio norteamericano porque el Gobierno de los Estados Unidos les retiró la visa. Y podrán argumentar -y con razón- que en ningún lado de la legislación mexicana se establece que para ser gobernante mexicano se tenga que poseer un documento de cruce fronterizo; pero vaya, es de lógica que para administrar, promover, y coordinar esfuerzos en la vasta región binacional, se requiere de una visa.
Tan es así, que uno de los actos más notorios que ha tenido la gobernadora de Baja California, Marina Avila Olmeda, ha sido una gira por Manhattan en Nueva York, para la promoción turística, cultura, educacional y gastronómica de la Baja en aquella importante metrópoli. Por meses alardeó del éxito de tal visita promocional y los beneficios económicos que traería para el Estado 29… hasta que le revocaron la visa de turista por ahí de los últimos días de abril y los primeros de mayo de 2025, cuando fue notificada de tal decisión de Estado por parte del Cónsul de los Estados Unidos en Tijuana, de manera personal y en sus oficinas, días después de que el documento de cruce fronterizo le fuera retirado a su entonces esposo, Carlos Torres Torres, cuando intentó cruzar por la Garita Internacional de Tijuana-San Ysidro.
Entonces la gobernadora quiso minimizar el hecho de tener o no una visa; incluso preguntaba en sus reuniones a puerta cerrado con beneficiarios de sus programas u obras, cuántos de los presentes no tenían visa, y festejando ser uno más, obviando el hecho de que, quizá, muchos de ellos no habían solicitado la visa, o ésta les había sido negada, cuando a ella se la retiraron por alguna sospecha que recae sobre su persona (pero que no ha sido informada).
Meses después, a la lista de desvisados de Morena en Baja California, se sumó otra pareja en el poder. La alcaldesa de la Capital bajacaliforniana, Mexicali, Norma Bustamante, y su esposo Luis Samuel Guerrero Delgado. Primero se la quitaron a él cuando, como el cónyuge de la gobernadora, intentó cruzar la frontera entre Mexicali y Calexico, pero no le fue permitido el paso al tiempo que fue informado de la revocación de su visa.
La de su esposa, Norma Bustamante, la presidenta municipal de la Capital también había sido revocada, aunque ella lo negaría ante los primeros reportes periodísticos de la situación, justificando que ella tenía en su posesión el documento, la visa láser; ignorando el hecho que si ella hubiese intentado cruzar con ese documento -y no hay evidencia de que así lo haya hecho- éste le habría sido retirado físicamente, porque el permiso migratorio ya estaba revocado en el sistema.
Araceli Brown justificó que unos días antes de que, el 18 de septiembre, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos la incluyese en el organigrama criminal del Cártel de Sinaloa, de una célula de Los Mayos, junto a los empresarios Candelario Arcega y Jesús González Lomelí, ella había cruzado sin ningún problema de Tijuana a San Diego; pero la realidad es que, como a Norma Bustamante, la revocación de su visa ya aparecía en el sistema del CBP (Patrulla de Aduana Fronteriza por sus siglas en inglés). Ahora mismo, la exalcaldesa de Rosarito y diputada federal por Morena, que sigue en la lista de sanciones del Departamento de Estado, y cuyas cuentas en México han sido congeladas por la Unidad de Inteligencia Financiera, la UIF de la Secretaría de Hacienda, está pensando en demandar al Gobierno de los Estados Unidos por difamación, argumentando que corporaciones de aquel país le han informado que no es investigada (por esas corporaciones). Y también demandar al gobierno mexicano, a la UIF específicamente, porque hasta su sueldo como diputada le tienen retenido.
El último morenista al que le revocaron la visa es el alcalde de San Felipe, Dagnino López. El primer edil intentó cruzar el martes 2 de diciembre por la garita peatonal de Calexico, cuando fue alertado que su visa estaba revocada y que su documento migratorio sería retirado. No opuso resistencia, entregó la visa láser sin problema alguno y fue regresado a México.
San Felipe, el sexto municipio de Baja California, está conflictuado por el crimen organizado, el tráfico de drogas, de buches de totoaba y otras especies, y el trasiego de enervantes de células locales y de los cárteles, de donde uno de sus miembros tiene una conexión política familiar con el alcalde de San Felipe. Las sospechas sobre él, confiaron a ZETA, son por el clima de violencia, corrupción e inseguridad en el puerto de quien es el primer presidente municipal en la historia de Baja California… Y pues sí, los alcaldes de Morena en BC y su gobernadora, sí que están haciendo historia. Historia negra, vaya.
