Cuatro cineastas tijuanenses fueron seleccionados por el Festival Internacional de Cine de Los Cabos para participar en su decimotercera edición. Historias fronterizas y la esquina Noroeste del país implícita en el ADN de Diego Hernández, José Paredes, Camila Pardo Cerezo, y Sebastián del Callejo, protagonizarán el encuentro fílmico a celebrarse durante este fin de semana, y de lo cual dialogaron con ZETA
Tijuana se aleja de a poco de llamar “industria del cine” a la maquila y oficio para estudios cinematográficos, pues a la par de la proliferación de escuelas de cine, y con ello, decenas de cineastas egresados, con lo que se forja y se vislumbra un nuevo futuro inmediato, donde el cine de autor será el nueve eje para el séptimo arte en la entidad.
Prueba de ello es la selección del trabajo cinematográfico de Diego Hernández, José Paredes, Camila Pardo Cerezo, y Sebastián del Callejo, quienes participaran en la sección “La Baja Inspira” de la décima tercera edición del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, a celebrarse del 10 al 14 de diciembre en la punta de la península bajacaliforniana, pretexto por el cual ZETA dialogó con los motores de títulos como “Solía buscar la luz allá afuera”, “Aguasal”, Entre dos tierras” y “Entre actores”, donde compartirán espacio con proyectos como “Inmensidades”, de Ricardo Benet; “El brillo de la Luciérnaga”, de Augusto Reyes; “¿Cómo procurar un jardín?”, de Diana de Ayer; y “El desvelo”, de Pau Ortíz Rosell.
DESPRENDIEMIENTO EMOCIONAL
El cineasta tijuanense Diego Hernández participará en dos categorías: “La Baja Inspira”, con su cortometraje “Solía buscar la luz allá afuera”, y Largometraje Nacional, con “Un techo sin cielo”; ambas obras, estrenadas este año, con recepción positiva en festivales dentro y fuera del país. Aunque se trata de formatos distintos, Hernández los concibió como “piezas hermanas”, unidas por un mismo núcleo temático que es el duelo.
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El cineasta explico que después de realizar el largometraje, aún sentía la necesidad de seguir explorando esa sensación y esa búsqueda lo llevó a retratar una forma de desconsuelo que es el que implica dejar el lugar de origen incluso en tu propio país. Hernández contó que la historia del cortometraje surgió cuando Anya y Cecilia —actrices, amigas y protagonistas de la obra; Cecilia además es su pareja romántica— contemplaban mudarse a la Ciudad de México ante la escasez de oportunidades laborales en Tijuana. Ese proceso de desprendimiento emocional se convirtió en la base narrativa.
“Dejar un lugar donde estás arraigado también implica una especie de duelo, de alejarte de tus amistades, del lugar donde has estado siempre y donde creciste. Alejarte de lo conocido porque ya no te da lo que necesitas también es una pérdida”.
En ambas producciones, el hogar de Hernández figura como un personaje más. Su madre aparece en las dos obras, y la casa familiar funciona como punto de encuentro creativo. Cabe destacar que “Un techo sin cielo” obtuvo el premio a “Mejor actriz”, en el encuentro ensenadense.
COMUNIDADES AFROMEXICANAS
Por otra parte, la directora de “Aguasal”, Camila Pardo Cerezo, participará en “La Baja Inspira” con un cortometraje documental que acompaña la historia de Reyes y Luis Baños, dos hermanos y nadadores del pueblo afromexicano de Corralero, en la Costa Chica de Oaxaca.
El proyecto surge de la relación de Pardo Cerezo con Corralero, comunidad que ha visitado recurrentemente para pasar el tiempo y, en años recientes, para distintos proyectos cinematográficos. El pueblo, ubicado cerca de Pinotepa Nacional, es —de acuerdo con la realizadora— un lugar con limitada infraestructura, sin señal telefónica estable y con una vida comunitaria que, pese a las carencias, se distingue por la alegría y la celebración.
La necesidad de contar esta historia parte de la falta de representación hacia estos pueblos: “Antes no había tanto orgullo por las comunidades afromexicanas. El INEGI comenzó a censarlas y contabilizarlas hace unos cinco años, tengo entendido. En Cuba, lo veo con los afrocubanos; o en Colombia, donde la cultura africana tiene una presencia muy fuerte. En México sucede lo mismo”.
El documental se filmó en apenas tres días, uno previo a la competencia anual de natación de Cristo Rey —que reúne a los mejores nadadores de poblados cercanos como Chacahua o El Ciruelo—, el día del evento y uno posterior. El mayor reto, cuenta la directora, fue construir confianza con los hermanos para que se sintieran cómodos compartiendo su historia.
“Mi relación con Corralero es de intercambio, necesitaba soltarme con ellos, relajarme y hacer que ellos también se relajen conmigo; de decirles que sí a lo que me propongan. Así empezó a formarse una relación mucho más bonita. Los acompañé desde el amanecer. Les dije: ‘¿A qué hora se levantan, a las cinco? Perfecto, a las cinco estoy en su casa’. Y no siempre era grabar. Tenía la cámara, pero también era importante hablar con su mamá, con su papá, ayudarles a pescar…”.
Aunque Aguasal ya circula en festivales, la intención es proyectarlo en un pequeño espacio cultural gestionado por mujeres del poblado, además de llevar apoyo material y realizar talleres de fotografía con técnicas artesanales: “Siento que Corralero me da mucho y yo quiero regresar algo. No sólo proyectar el corto, sino aportar una herramienta para que tengan su propia voz”, afirma Pardo, quien suma nueva presencia tijuanense, reafirmando el impulso y la diversidad de miradas de Baja California.
HUMANO Y TRANSFRONTERIZO
Con un enfoque humano y transfronterizo, Sebastián del Callejo exhibirá “Entre dos tierras”, cortometraje que explora la historia de una familia separada por el cierre de la frontera durante la pandemia de COVID-19.
Callejo explicó a ZETA que la idea original surgió a partir de la experiencia de una persona cercana cuyo sustento económico dependía de trabajar en Estados Unidos sin documentos. Al llegar la pandemia y cerrarse la frontera, tuvo que permanecer en ese país para no perder su empleo.
“Tomamos esta situación sólo como punto de partida. No seguimos la historia de manera biográfica, pero conforme platicaba la premisa me daba cuenta de que muchas personas cercanas habían vivido algo similar”, comentó.
Aunque la historia toca temas políticos, el director aclaró que “Entre dos tierras” busca principalmente reflexionar sobre las dinámicas familiares y la distancia que provoca la búsqueda de oportunidades al otro lado.
“No quería hacer una película de migración tradicional. Sólo quise retratar una dinámica fronteriza real que mucha gente cruza con visa de turista, trabaja temporadas y vuelve. Estados Unidos permite esa dinámica porque le conviene”, señaló el director, cuya intención fue dejar un mensaje sobre el valor de la presencia familiar.

DISTANCIA Y DESAFÍOS
El tijuanense José Paredes fue seleccionado por “Entre Actores”, un proyecto cinematográfico que narra la historia de Rodrigo y Diana, dos amigos y actores en formación cuya amistad se ve a prueba cuando uno se traslada a Ciudad de México en busca de oportunidades, mientras el otro permanece en Tijuana, esperando el regreso para confesar su amor.
De acuerdo con Paredes, el cortometraje, que surge de un guion escrito hace ocho años, explora la distancia y los desafíos de la industria artística en la frontera Norte, donde muchos talentos migran al centro del país para continuar su carrera. “Siempre me interesó mostrar cómo la distancia afecta las relaciones, no sólo de pareja, sino también entre amigos o familiares; esta historia es algo que se da mucho entre productores, actores y directores. Migran a Ciudad de México”, comentó, quien se declara autodidacta en cine y ha construido su trayectoria colaborando con otros cineastas locales.
Sobre la importancia de la selección de su cortometraje en el FICLos Cabos, resaltó: “Es un espacio para hacer networking, aprender de invitados y conferencias, y presentar nuestro trabajo al público”.
Con relación al futuro del proyecto, el director apunta que ahora se enfocarán en la distribución en plataformas independientes, tras concluir la ruta de festivales, y que continuará apoyando a otros cineastas locales a través de su casa productora, BCR.
“Entre Actores” no sólo es un reflejo de la vida y los desafíos de los jóvenes artistas fronterizos, sino también una invitación a apoyar el cine local, una industria que, según Paredes, “en Tijuana está muy activa y merece difusión”.
Con la participación de estos cineastas, el Festival Internacional de Cine de Los Cabos 2025 consolida su panorama de diversidad y perspectiva regional, mostrando historias que van desde los dilemas personales y familiares hasta la representación de comunidades poco visibilizadas. La presencia de talentos tijuanenses y bajacalifornianos evidencia cómo la frontera se ha convertido en un punto creativo clave para el cine mexicano contemporáneo, donde las experiencias locales dialogan con audiencias nacionales e internacionales, dejando ver una generación de realizadores comprometida con narrativas cercanas y auténticas.






