La falta de clientes obligó a propietarios y trabajadores de más de 15 funerarias de Tijuana a pedir ayuda para que la Fiscalía General del Estado (FGE) modifique la estrategia que se sigue para acreditar y dar seguimiento a los expedientes de cadáveres por muerte natural u homicidios culposos en la ciudad.
Desde finales de septiembre, el protocolo cambió cuando la FGE designó a la Funeraria Santana como el espacio para el almacenamiento de cuerpos y como tramitadora para la liberación de cadáveres, lo que restringe la operación del resto de las funerarias, que terminan dependiendo de los horarios y capacidades de la proveedora de la Fiscalía. Señalan que los agentes promueven y privilegian la contratación de Santana, asegurando que, en caso contrario, los cuerpos serán enviados al Servicio Médico Forense (Semefo), donde la entrega puede demorarse hasta tres días más.
“A raíz de que abrieron el tema en esa casa funeraria y metieron ahí todo, yo le voy a hablar por nosotros: en 15 días no timbran los teléfonos. No timbran los teléfonos. Una funeraria no se puede sostener con un solo servicio. Yo levanto el teléfono y pregunto a las demás funerarias y tampoco tienen trabajo”, explicó Alejandra Alamillo, de la Funeraria de la Cruz.
“Lo que queremos es claro: que los privados no intervengan y que la Fiscalía, así como lo hace con homicidios dolosos, tenga sus unidades especiales para los homicidios culposos, y que al final del día, si la funeraria acredita que puede llevarse al finado, se lo lleve, como ha sido toda la vida; y si hay alguna inconsistencia, que se vaya al Semefo”, señaló Héctor Iván Abasolo, otro prestador de servicios funerarios.

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Los agentes funerarios piden que la autoridad se haga responsable de los cuerpos para evitar restricciones de horarios y procedimientos, y que no exista una competencia desleal en la que se amedrente a las familias para que contraten servicios en el espacio donde se almacena el cadáver. Señalan que procesos regulares, como el embalsamamiento, no se pueden llevar a cabo debido a las restricciones del protocolo de la FGE.
“Que nos pongan un horario adecuado, que realmente nos den el respeto y el cuidado hacia todo lo que nosotros estamos haciendo; que podamos embalsamar los cuerpos en tiempo y forma, y cumplir con los deudos para que puedan despedir a sus seres queridos como debe de ser”, explicó Alamillo.
Un ejemplo de la descoordinación y la competencia desleal, denuncian, es la desinformación en la operación de la Funeraria Santana, la cual informa sobre restricciones de horarios para atender a otras funerarias y para el reclamo de cadáveres, a menos de que sus servicios sean contratados.

“Si levanto el cuerpo a las dos de la tarde y ya no alcancé a llegar a la liberación, lo tengo que resguardar hasta el día siguiente. Este fin de semana se trabajó, pero se había anunciado que no iban a trabajar sábado ni domingo. Entonces, ¿de qué estamos hablando?”, reprochó Alamillo.
Los trabajadores de las funerarias evitaron mencionar directamente a la Funeraria Santana como proveedora de la FGE y aseguraron que buscan evitar confrontaciones; sin embargo, a ZETA ya habían llegado denuncias desde finales de noviembre sobre prácticas que propiciaron rezagos en la entrega de cadáveres en hospitales públicos y privados de la ciudad de Tijuana.






