En el marco de los festejos a la Virgen María de Guadalupe, Emmanuel se presentó en Tijuana como parte de su gira “Toda la vida 2025”, donde protagonizó un momento de recogimiento al dedicar una oración por la ciudad durante su concierto. La presentación marcó su regreso al escenario tijuanense, luego de haber sido pospuesta semanas atrás, y se convirtió en una noche que combinó música, nostalgia y un gesto simbólico de fe ante el público fronterizo.
El concierto inició a las 10:26 de la noche, con un retraso aproximado de hora y media, pero la espera no mermó el ánimo del público. Emmanuel abrió el espectáculo con La bamba, marcando desde el inicio un ambiente festivo que el público siguió con ritmo. Sobre el escenario apareció vestido con un traje negro con brillos, elegante y sobrio, acorde con la estética que dominó la velada.
El stage destacó por una producción visual envolvente con múltiples luces de colores bañaban el escenario, acompañando una banda sonora amplia en la que sobresalieron instrumentos como saxofón, trombones y guitarras, visibles en distintos niveles del montaje. La imagen del concierto se completaba con músicos alineados a ambos costados, creando una sensación de profundidad y dinamismo que acompañó cada interpretación.
Temas como Corazón de milagro provocaron una respuesta inmediata del público, que se manifestó con aplausos y gritos constantes. Uno de los momentos más visuales de la noche llegó con Rey azul, canción durante la cual el recinto se tiñó completamente de luces azules, reforzando el carácter simbólico del tema.
La interacción con los asistentes fue constante. En uno de sus primeros acercamientos, Emmanuel confesó con humor: “La verdad no sé qué hacer, estoy nervioso aquí en Tijuana, me han dicho que hay unos tacos buenísimos después del show, pero yo no como carne”.
Momentos después, Emmanuel recogió desde el escenario una gorra de los Xolos de Tijuana que le entregaron fanáticos ubicados en la primera fila, la cual se colocó de manera momentánea, provocando risas y ovaciones.
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Más adelante, agradeció: “Trae un perrito. Oigan, gracias por su cariño”, palabras que fueron respondidas con aplausos.
El repertorio continuó con Pero este terco corazón, antes de que el cantante hiciera una pausa de alrededor de dos minutos para dedicar una oración a la Virgen María y pedir por Tijuana, un momento que imprimió un tono íntimo y reflexivo al concierto.
“Cúbrenos a Tijuana, cúbrenos con tu manto, madre, protégenos. A este México maravilloso que nosotros mismos estamos rompiendo; a este país que anhela vivir en paz, sin corajes ni odios. Un México que sufre, pero que también ríe y canta. Protégenos”.
Tras ello, retomó la música con Tengo mucho que aprender de ti, manteniendo la conexión emocional con el público.
Entre los asistentes, en su mayoría personas de 30 a 60 años, predominó una vestimenta elegante y con detalles brillantes, como si se tratara de una gala, en sintonía con la estética del espectáculo.
Cabe destacar que, durante el concierto, se observó a un número considerable de asistentes de pie en los pasillos y en la zona baja del recinto, área destinada originalmente únicamente a asientos, lo que evidenció posibles fallas en la logística relacionadas con una presunta sobreventa. Asimismo, en los accesos se reportó el ingreso de algunas personas sin boleto.
A pesar de lo sucedido, Emmanuel ofreció en Tijuana un concierto de aproximadamente dos horas cantando alrededor de 20 canciones, que combinó espectáculo visual, cercanía con el público y un recorrido por algunos de los temas más representativos de su trayectoria, donde hizo un recorrido de sus éxitos de los años 70s hasta la actualidad confirmando que, a lo largo de los años, su música sigue encontrando eco en nuevas y viejas generaciones.






