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lunes, diciembre 15, 2025
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675 mil personas en la informalidad; sobreruedas sin permisos

En el tercer trimestre de 2025, las personas que trabajaron en la informalidad sumaron 674 mil 982 en Baja California; el nivel más alto en la historia de la entidad, destacó Roberto Valero, presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California.

En el último año la población que laboró en la informalidad incrementó en 28 mil 983 personas, con lo que la tasa de informalidad subió de 36.4 a 38.7% de las ocupadas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

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Para el analista económico, el incremento de la informalidad es palpable en las calles de las principales ciudades del estado y es consecuencia de varios factores, como la pérdida de empleo formal, la migración de negocios formales a la informalidad y a un golpeado poder adquisitivo de los bajacalifornianos.

El crecimiento de la informalidad deteriora la actividad económica de los negocios formales, que generan empleos con prestaciones y pagan impuestos. Asimismo, repercute negativamente en las condiciones laborales de las personas por no tener seguridad social ni retiro.

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En 2024, en Baja California se perdieron 16 mil 490 trabajos, y la economía no creció. “Estamos esperando que por segundo año consecutivo haya pérdida de empleos formales en el estado”. Los más recientes datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que el empleo en Baja California tuvo un retroceso anual de -1.9%, al pasar de un millón 37 mil 640 puestos en noviembre de 2024 a un millón 18 mil 041 en noviembre de 2025.

Valero alertó que aquellos que no están encontrando trabajo formal o no les alcanza con su salario, están hallando un espacio en la informalidad, cuyo valor ha ido en constante crecimiento en el estado, y ya asciende a 194 mil millones de pesos.

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José Antonio Olivas Heredia, director de Inspección y Verificación del Ayuntamiento de Tijuana, Foto: Tomada de Internet / Roberto Valero,

El alza al salario mínimo desde el sexenio de López Obrador provocó un incremento en el número de personas que ganan un salario mínimo, que pasó de cerca de 35 mil ocupados a 516 mil 922. Si se suma a los 604 mil 891 que ganan entre uno y dos salarios mínimos, estamos hablando de un millón 121 mil trabajadores que ganan hasta dos salarios mínimos.

Mientras, se ha ido reduciendo la población que gana más de cinco salarios, que apenas es de 66 mil 617 trabajadores, y profesionistas se están yendo del estado porque la tasa de desocupados en ese sector alcanza 52%. “El estado tiene una clase media prácticamente en vías de desaparición”, pese a que es la clase media la que mueve a la economía, indicó Valero.

 

20 MIL PERMISOS PARA COMERCIO EN VÍA PÚBLICA EN TIJUANA

José Antonio Olivas Heredia, director de Inspección y Verificación de Tijuana, aseguró que el padrón de permisos para ejercer cualquiera de las tres modalidades del comercio en la vía pública es de 20 mil.

Tal cifra representaría un incremento de tres mil 802 permisos, con respecto a los permisos que había en noviembre de 2024, cuando el Ayuntamiento reportó 16 mil 198 permisos en una solicitud de Transparencia.

Sin embargo, Olivas Heredia dijo que el padrón no se ha movido de un año al otro; a “lo mucho”, se han dado 10 permisos nuevos de comercio ambulante en la administración de Ismael Burgueño Ruiz, justificó. Asimismo, rechazó que haya personas trabajando en la calle sin permiso.

Del padrón total del Ayuntamiento, alrededor de seis mil corresponden a comercio ambulante (puestos fijos); 13 mil de sobreruedas, y “como mil en un año” de accidentales, que se otorgan por días o temporada, refirió el funcionario.

La realidad es que cada vez hay más personas ejerciendo el comercio en la vía pública en Tijuana o bien, dedican más tiempo a vender sus productos. Karina, una comerciante ambulante, relató que debido a que sus ventas están “malísimas” entre semana en su puesto de Zona Río, los fines de semana también acude a vender en la Zona Centro.

“La situación económica se ha puesto más difícil, las cosas están más caras, la comida ha subido mucho de precio, y no alcanza, ya cuatro mil pesos no es nada”, dijo y relató que trabajar todos los días de la semana le permite compensar aquellas jornadas que no vende o percibe muy poco en su puesto, para sufragar sus gastos.

La necesidad también ha llevado a que sobreruedas nocturnos se instalen en diferentes puntos de la ciudad, como en la colonia Ampliación Guaycura, enfrente de Plaza Sendero y en el área de Santa Fe.

Dichos mercados no cuentan con permisos y su operación no está permitida por Reglamento, afirmó Olivas Heredia, quien puntualizó que, los mercados sobreruedas deben quitarse, dejando limpio el lugar que ocuparon a las cuatro de la tarde.

comercio informal en la via publica, zona centro, Foto: Jorge Dueñes

A decir del funcionario, los inspectores sí han detectado esos mercados sobreruedas nocturnos, que operan irregularmente y a los que “se les multa y se les multa”, pero reconoció que la sanción queda en llamado de atención, ya que el Ayuntamiento no decomisa la mercancía.

Se han impuesto alrededor de mil 500 multas por un monto global de dos millones de pesos en lo que va de la administración, apuntó.

Los mercados sobreruedas nocturnos incluso son famosos en redes sociales, donde diferentes personas acuden a ellos en búsqueda de ropa y comida.

Respecto a las cuotas de entre 200 y mil 500 pesos que se les cobran a los vendedores ambulantes para trabajar según lo manifestado por varias denuncias, el funcionario municipal afirmó que desde el inicio de la administración se detectó esa irregularidad, pero negó que ocurra en el XXV Ayuntamiento. En lo que va de la administración se han detectado “fácil, unos 60, 70 en toda la ciudad”.

La regidora del Partido Acción Nacional, Sandra Magaña Ríos, consideró que el surgimiento de los sobreruedas nocturnos se debe a “la desesperación del ciudadano tijuanense que tiene que salir a vender para tener un ingreso para su casa” y a que el gobierno actual ha sido “muy permisivo”.

Van a seguir floreciendo sobre ruedas nocturnos, aunque no esté bien regulada su operación. “Es parte del desorden que hay en esta ciudad; que ahora ya va a haber en la mañana, en la noche, al mediodía, ya van a empezar a agarrar más días. Si antes se ponía el de Guaycura dos días a la semana, ahora se van a empezar a poner tres, cuatro”.

Los cambios normativos referentes a los sobreruedas nocturnos -que en principio tendrían que analizarse en la Comisión de Gobernación, Legislación y Mejora Regulatoria encabezada por Pablo Yáñez- deberían tomar en cuenta la necesidad de las personas de buscar un ingreso para su familia, que la actividad se haga en orden y también considerar los inconvenientes para los residentes de las zonas, como las afectaciones a la vialidad, señaló la edil.

En entrevista con ZETA, Magaña Ríos dijo que el comercio ambulante ha crecido en ésta y la administración pasada. “Se han dado permisos al por mayor, creo que no ha habido un orden en esa área y la misma ciudadanía se ha quejado”.

El alcalde Ismael Burgueño tampoco ha presentado un proyecto de reordenamiento que especifique cuántos y dónde se reubicarían, dijo la regidora, y consideró como “un descuido” por parte del Ayuntamiento que no se atienda el tema.

“Este Ayuntamiento como el Ayuntamiento pasado sus prioridades siempre estuvieron en la Zona Este, entonces está bastante abandonada la Zona Centro, la Mesa, y Otay”, aseveró.

 

INVADIDO CENTRO HISTÓRICO Y 5 Y 10

Carlos Robles Literas, presidente de los Comerciantes Turísticos de la avenida Revolución, dijo que ha mejorado el ambulantaje en la “Revu”, aunque en ciertas fechas, como el encendido del árbol navideño del sábado pasado, puestos ambulantes de comida, de hot dogs y elotes, “se empiezan a meter” a la Avenida Revolución para aprovechar el flujo de gente.

“Lo que nos está afectando es que aprovechan la Avenida Revolución para poner un sobreruedas de comida”, como ocurrió en el evento de imitadores de conjuntos, cuando fueron colocados alrededor de 40 puestos de churritos, gorditas, chicharrones que “dejaron los pisos llenos de aceite, no limpiaron”, denunció.

Foto: Jorge Dueñes

En ese sentido, Robles Literas señaló que, el Centro Histórico “necesita estar más limpio, más organizado”, porque siguen llenas de comercio ambulante las avenidas Constitución y Niños Héroes, así como las calles Segunda, Tercera, Cuarta y Quinta.

En un recorrido hecho por ZETA se observó que en las aceras hay entre 20 y 30 vendedores ambulantes en varias calles, ofertando desde donas, verdura, ropa, plantas, hasta artículos de segunda mano, como las calles Segunda y Tercera, entre Revolución y Niños Héroes, así como Avenida Constitución y Niños Héroes, permitiendo que el transeúnte avance sólo en fila.

Robles Literas se pronunció por que Tijuana siga la estrategia de reordenamiento del ambulantaje instaurada en otras ciudades, como Mazatlán.

En su calidad de integrante de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) de Tijuana, consideró que la problemática del ambulantaje ha persistido durante diferentes administraciones y se ha extendido a zonas de la ciudad donde hay más movimiento de personas. “Todas las administraciones, unas más o tras menos. Ahorita siento que está bien cargada de ambulantaje”.

Respecto al reordenamiento del comercio ambulante en el Centro Histórico, el director de Inspección y Verificación, José Antonio Olivas Heredia aseguró que se “ha eliminado el 30% de lo que había”. Recordó que en 2009 se estableció una prohibición con la que no pueden otorgarse permisos adicionales a los 180 que existían en el primer cuadro de la ciudad, antes de la reforma.

“La cosa es la gente que de repente se le ocurre ponerse”, por lo que hay presencia constante del personal de la Dirección de Inspección y Verificación que al día retira entre 15 y 20 personas que acuden a vender algo sin permiso en el Centro Histórico.

Otro trabajo que se ha hecho es constatar que se respete lo establecido en el permiso, ya que había puestos que se habían agrandado o vendían productos para los que no estaban autorizados, de modo que, con las inspecciones, los puestos volvieron a las medidas permitidas y a vender lo que se les autorizó.

Respetar el tamaño de los puestos conforme el permiso ha permitido que haya espacio para que caminen los transeúntes en las aceras y para los automóviles en las calles, según el funcionario.

En las áreas que concentran más comerciantes ambulantes, como la 5 y 10, el Centro Histórico y Zona Río, ya no se están otorgando nuevos permisos, para no saturarlas. “Entonces, las personas, por ejemplo, de que los llegamos a sorprender en esas áreas… ‘Mira, ahí no, definitivamente ni un día se puede, pero en estas áreas sí se puede’, y ya se manda otra parte de la ciudad; y a veces le queda a la gente más cerca donde vive”.

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Autor(a)

Julieta Aragón
Julieta Aragón
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco. Cursé la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y sigo en proceso de tesis. Soy reportera de ZETA desde 2017.
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