Finalistas: Gran Bretaña, EEUU y México.
Inglés:
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– Nosotros tenemos descendiente de Guillermo Tell, que dispara una flecha con el arco y la alcanza antes de llegar a la manzana.
Público:
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– ¡Oooohhhh!
Americano:
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– Pues nosotros tenemos descendiente directo de Buffalo Bill, que dispara Winchester contra diana y si echa a correr atrapa la bala antes de que llegue al blanco.
Público:
– ¡Oooohhhhh!
Mexicano:
– Pues nosotros no tenemos uno, tenemos muchos funcionarios que salen de trabajar a las tres, y a las dos y media ya están comiendo en casa.
Autor: Anónimo de la derecha por la izquierda.
Excavaciones y descubrimientos
Científicos alemanes excavaron 50 metros bajo tierra en el centro de México y descubrieron pequeños trozos de cobre. Después de estudiar esos trozos por mucho tiempo, Alemania llegó a la conclusión que los antiguos germanos tenían una red nacional de teléfono hace ya dos mil 500 años.
Por supuesto, al estado ruso no le pareció nada del otro mundo. Le pidió a sus propios científicos que excavaran más hondo.
A 100 metros bajo tierra encontraron pequeños trozos de cristal que, según ellos, formaban parte del sistema de fibra óptica nacional que tenían los antiguos rusos hace tres mil 500 años.
Científicos mexicanos no se dejaron impresionar. Excavaron 150 metros bajo tierra y no encontraron nada; excavaron 20 metros más y aún nada; excavaron 250 metros en total y nada…
Entonces llegaron a la conclusión (con toda razón), que los antiguos pobladores, hace más de cuatro años, ya tenían teléfonos celulares.
Autor: Anónimo del INAH desde la 4T.
Discusiones
Una pareja venía por la carretera sin hablar una palabra. Una discusión anterior había llegado a una pelea, y ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer.
Al pasar por un campo en la que había burros, cerdos y una vaca, el marido preguntó, sarcástico:
– ¿Parientes tuyos?
– Sí… respondió ella. Mi suegra y mis cuñados.
Autor: La mujer.
Un regalo de verdad
¿Cómo puedes saber la diferencia entre los verdaderos regalos de los hombres y los regalos por sus sentimientos de culpabilidad?
Los segundos son más caros.
Autor: Otra mujer satisfecha.
Ortografía moderna
¿Sabes qué es un cisne?
Un sistio donde posnen pelísculas.
Autor: Creador de contenido en redes sociales.
Pregunta incómoda
– Papi, ¿por qué te casaste con mamá?
– Por tu culpa, hijo de la Chilindrina.
Autor: La hija de la Chilindrina.
Pepito vs. Carmencita
– ¿Quién de ustedes sabría decirme como se puede meter un agujero en otro agujero?
Carmencita levanta la mano:
– Yo sé cómo se hace.
– ¿Cómo? -pregunta la profe.
Entonces, Carmencita une el pulgar con el índice de las dos manos formando un anillo y luego los apoya alrededor de la boca.
– Ya está, señora profesora, un agujero en otro agujero.
– Muy bien. Y ahora, ¿a ver quién sabe cómo meter tres agujeros en un agujero?
Carmencita levanta la mano.
– Dime, Carmencita.
– Lo mismo de antes, señora profesora, pero esta vez los dedos hay que ponerlos alrededor de la boca y los agujeros de la nariz. Así, señora, tres agujeros en uno.
– Muy bien, Carmencita. Y ahora, ¿quién sabría cómo meter cinco agujeros en un agujero?
Carmencita vuelve a levantar la mano.
– Dime Carmencita.
– Muy fácil, señora profesora. Lo mismo que antes, pero ahora los dedos cubren boca, nariz y ojos. Así, cinco agujeros en uno.
Entonces, Pepito que se está cansando de que Carmencita se lo sabe todo, anuncia:
– Señora profesora, quiero hacer yo ahora una pregunta: ¿cómo se hace para meter nueve agujeros en un agujero?
Nadie contesta. Hasta Carmencita se queda callada. Entonces, la maestra asegura:
– No lo sabemos, Pepito, ¿nos explicas?
– ¡Fácil, conseguimos una flauta y se la metemos a Carmencita donde le quepa!
Autor: Jaimito.
Científicamente probado
– Tengo una buena noticia para ti, amiga mía.
– A ver, cuéntame.
– Acabo de leer un artículo en una revista científica, que explica que la celulitis es una defensa orgánica de la mujer.
El organismo aloja en nuestro trasero el exceso de grasa que comemos, en vez de taponar nuestras arterias. Por eso los hombres sufren infartos en mayor número que las mujeres. Yo tenía la certeza que había un motivo. Dios no podía ser tan injusto.
– ¡Con razón! ¡Entonces lo que yo tengo es una defensa súper enorme!
Autor: La comadre.
