El director mexicano David Pablos, conocido por su filme El baile de los 41, ofreció este 8 de noviembre una clase magistral en la Sala Los Arcos de la Casa de la Cultura de Playas de Tijuana, como parte del tercer día de actividades del Festival de Cine de Tijuana (FCTJ).
Durante la sesión, que se extendió por más de hora y media, abordó temas clave del proceso cinematográfico, como el uso de la cámara, la composición de imagen, el storyboard, el trabajo con actores y los métodos prácticos en el set.
Frente a un público conformado principalmente por estudiantes de cine, el realizador los alentó a experimentar con los movimientos de cámara y a “darle vida a la imagen”, alternando entre cámara en mano y el uso de trípode según las necesidades narrativas.
También destacó que un elemento fundamental en la dirección cinematográfica es el ambiente de colaboración entre el elenco, el director y todo el equipo. Explicó que su método consiste en sostener conversaciones individuales con cada actor para construir confianza y llegar a un acuerdo sobre la interpretación de los personajes.
Por otra parte, Pablos habló de su más reciente largometraje, En el camino, actualmente en recorrido por festivales de cine. La cinta —que aborda la historia de un camionero y su despertar homosexual— se proyectó el día anterior en Cinépolis Playas de Tijuana, como parte de las funciones paralelas del FCTJ. Durante la función, uno de los asistentes abandonó la sala, un hecho que el director comentó con serenidad.
“Es una película hecha desde el respeto. No se puede prever cómo reaccionará el público. Lo importante es que la obra dialogue, incluso si genera incomodidad. La hice con la intención de hablar de la masculinidad y de encontrar ternura en un entorno varonil y solitario.”
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El cineasta agradeció el espacio y calificó la interacción con los jóvenes como “una experiencia gratificante”, destacando la importancia de estos encuentros para fortalecer la reflexión sobre la representación y la resistencia en el cine contemporáneo mexicano.








Qué bien que David Pablos motive a los jóvenes cineastas a experimentar, ¡menos que se pasen moviendo la cámara como si la estuvieran cazando conejos! Seguro que su método de charlas individuales con actores es genial, a no ser que al final solo consigan que todos hagan la misma expresión de ¿Y ahora qué?. Y su película En el camino… ¡qué respeto al público! O sea, si alguien se fue, bueno, ¡que se vaya! Al menos demostró que la película generó *alguna* reacción, aunque sea para ir a buscar un traje más cómodo.¡Uf! Que estos encuentros fortalezcan la reflexión, que no sea solo para aprender a rodar sin parpadear mirando a la campana.