Aunque su agresor está recluido en el penal El Hongo, en Tecate, procesado por tres causas penales por violencia familiar, una mexicalense no deja de sentir temor. Con toda impunidad y a través de un celular que mantiene en la prisión, el hombre sigue acosando a la mujer: le manda fotos, mensajes de WhatsApp, le habla por teléfono desde la celda que ocupa desde abril de 2025. La amenaza, la hostiga. Y a pesar que ha notificado a sus abogados sobre la irregularidad que implica que el preso tenga un celular a su servicio, nada sucede. El colmo: le ha enviado imágenes donde claramente se le ve portando el uniforme reglamentario del penal de mediana seguridad. La intranquilidad de la mujer incrementa en la medida que llegan los mensajes celulares, pues a pesar que en la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario de Baja California (CESISPE), encabezada por José Gabriel Gálvez Beltrán, juran y perjuran que existen inhibidores de señal y que no se realizan llamadas desde el interior, la realidad es otra, y las imágenes y mensajes enviados por el procesado son la evidencia. Hace no muchos días tres internas de la penitenciaría de La Mesa, en Tijuana, de hecho, transmitieron un en vivo en redes sociales, motivo por el que el director del penal, Rodrigo Berber Macías fue destituido; cosa que no sucede con quien dirige El Hongo, a pesar que la mujer de Mexicali tiene las pruebas, incluidas imágenes, de ser acosada desde la prisión.
Acoso desde la prisión
                                    Autor(a)
- Publicidad -







