El presidente Donald Trump negó, el 31 de octubre de 2025, haber tomado la decisión de atacar objetivos militares dentro de Venezuela, contradiciendo así un informe de medios estadounidenses, que afirmaba que había dado su aprobación para un ataque.
El magnate neoyorquino respondió “no”, cuando los periodistas le preguntaron, a bordo del avión presidencial Air Force One, si había tomado una decisión al respecto.
Al ser preguntada anteriormente sobre el informe, la portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, dijo que “las fuentes anónimas no saben de qué están hablando” y que cualquier anuncio provendría de Trump.
Previamente, medios locales como el Miami Herald y The Wall Street Journal (WSJ), con base en fuentes cercanas a la Administración encabezada por Trump, reportaron que EE. UU. se preparaba para bombardear en cualquier momento instalaciones militares en Venezuela, en una escalada contra el Gobierno de Nicolás Maduro Moros.
Los ataques desde el aire podrían ocurrir “en cuestión de días o, incluso, horas”, señaló el diario de Florida, mientras que el medio neoyorquino matizó que “el presidente no ha tomado una decisión final sobre ordenar bombardeos en tierra”.
Según los funcionarios citados por ambos diarios, la ofensiva buscaría presionar a Maduro Moros para que abandonara el poder, afirmando, también, que el ataque sería para desmantelar al Cártel de Los Soles y las redes de narcotráfico de Venezuela.
Publicidad
“Los potenciales blancos bajo consideración incluyendo puertos y aeropuertos controlados por los militares que presuntamente se usan para traficar drogas, incluyendo instalaciones navales y pistas aéreas, de acuerdo con uno de los funcionarios”, indicó The Wall Street Journal.
En tanto, el Miami Herald citó a una fuente que dijo que el tiempo de Maduro Moros “se está agotando”, debido a que ahora “hay más de un general dispuesto a capturarlo y entregarlo”. No obstante, los funcionarios citados rechazaron aclarar si el mandatario venezolano sería uno de los objetivos de los bombardeos.
Según el WSJ, algunos legisladores cercanos al presidente de EE. UU., como Rick Scott, consideraron que Maduro Moros debía abandonar el país sudamericano y buscar refugio en aliados como Rusia o China.
El diario neoyorquino detalló que, dentro de los preparativos, Estados Unidos desplazó su portaaviones más avanzado al Caribe, acompañado por destructores equipados con misiles Tomahawk y cazas F/A-18 Super Hornet.
El mismo medio también reportó que bombarderos B-52 y B-1 realizaron vuelos cercanos a la costa venezolana, con el propósito de examinar las defensas aéreas del país. Las maniobras formaron parte de una serie de ejercicios militares de Estados Unidos en la región.
Maduro Moros respondió que Venezuela contaba con la capacidad para defender su territorio ante cualquier agresión. Según el mandatario venezolano, las fuerzas armadas del país sudamericano disponían de sistemas antiaéreos rusos y de unos 5 mil misiles portátiles Igla-S, distribuidos en puntos estratégicos.
Expertos citados por el WSJ, mencionaron que Venezuela operaba sistemas S-300, capaces de rastrear y neutralizar aeronaves de combate. En tanto, el Gobierno venezolano aseguró que dicho país mantendría su soberanía frente a cualquier intento de intervención externa.







