El boxeador sinaloense Julio César Chávez Carrasco afirmó, el 6 de octubre de 2025, que era inocente de las acusaciones en su contra, por sus presuntos vínculos con “Los Chapitos” y/o “Los Menores” y/o “Los Chiquillos”, una facción del Cártel de Sinaloa que lideran Iván Archivaldo Guzmán Salazar, “El Chapito”, y a sus hermanos, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, alias “El Güero Moreno” y/o “El Alfredillo”, así como a Joaquín y Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, todos hijos del capo sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “El Chapo”, estos últimos presos en Estados Unidos.
Durante una entrevista concedida con la cadena deportiva TUDN, el hijo del campeón de boxeo, Julio César Chávez González, narró cómo fue su detención en Estados Unidos y su deportación a México -luego de haber sido trasladado por tierra, durante más de 30 horas-, así como el proceso legal en su contra, por su supuesta vinculación con el crimen organizado.
“Claro que lo soy [inocente], no soy traficante. En Culiacán [de Rosales] todo mundo lo sabe, yo golpear gente para un cártel y esas cosas, no, no, yo no, gracias a Dios no he tenido la necesidad”, aseveró el pugilista sinaloense, de 39 años de edad.
“Muchas veces no se puede [alejarse de delincuentes], muchas veces hay que seguir la onda, porque no soy una persona que ande con gente cuidándome, ando solo, y si me saludan pues no sé quiénes son. Si me toca saludar a alguien espero estar bien y que se porten bien conmigo y convivir, no voy a estar preguntando quién es quién”, añadió Chávez Carrasco.
“Cuando me detuvieron en California me llevaron a una cárcel ahí que tenían como algo provisional a llenar el papeleo y yo me dije, ‘me van a deportar, pues estoy a dos horas de Tijuana, mándenme con mi papá’, y yo así de, ‘me hubieran dicho y me salgo solo, pero no’”, contó el boxeador sinaloense.
“Ahí empezó la travesía, de California fue a Arizona, que son tres horas, y luego seguimos 28 horas en cinco carros diferentes y me llevaron hasta Texas, y me tuvieron en una prisión ahí cinco días y después nos movieron a todos [los que estaban ahí] en un avión, todos esposados de pies y manos y me bajan en Arizona y ahí estuve 44 días detenido”, reveló Chávez Carrasco.
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“[La detención] fue un shock para mí, jamás me lo esperaba, pues, que me detuvieran, tenía visa y tenía todo. Me salí a pasear en el patín y en la segunda vuelta que di llegó la patrulla, y llegaron cinco, y yo de ‘tengo visa, esta es mi casa’, y me la cancelaron ese mismo día”, recordó el pugilista sinaloense.
La Fiscalía General de la República (FGR) apeló, el 29 de agosto de 2025, la libertad provisional que un juez federal le concedió al boxeador sinaloense Chávez Carrasco, en el proceso que le iniciaron por sus presuntos vínculos con “Los Chapitos”, líderes de una de las facciones del Cártel de Sinaloa.
La Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) interpuso el recurso de apelación ante el juez de control Enrique Hernández Miranda, del Centro de Justicia Penal Federal de Hermosillo, Sonora.
El juzgador federal turnará este recurso al Tribunal Colegiado de Apelación en dicha entidad, para que resuelva en segunda instancia si prevalece, modifica o revierte la libertad otorgada al boxeador sinaloense, una medida cautelar que la FGR considera ilegal.
El 23 de agosto de 2025, el juez Hernández Miranda vinculó a proceso a Chávez Carrasco por el delito de delincuencia organizada, con la finalidad de cometer delitos de tráfico de armas, en la modalidad de quien participe en la introducción al territorio nacional, en forma clandestina, además de que fabrique armamento, municiones, cartuchos y explosivos.
Como medidas cautelares, Hernández Miranda sólo le impuso al boxeador sinaloense, la prohibición de salir del país sin autorización judicial, así como no convivir, acercarse o comunicarse con los elementos de la Policía Federal Ministerial (PFM) y testigos, responsables de recabar los datos de prueba existentes dentro de la carpeta de investigación.
“Medidas cautelares que estarán vigentes hasta en tanto se resuelva en definitiva el presente proceso penal, quedando a disposición de los jueces integrantes de este Centro de Justicia Penal Federal”, indicó el juez federal en su fallo, quien también fijó un plazo de tres meses para la investigación complementaria.
La imputación contra Chávez Carrasco se basa esencialmente en dos conversaciones telefónicas de presuntos narcotraficantes en las que es mencionado, así como en los antecedentes que entregó Estados Unidos sobre sus registros migratorios y su detención por conducir alcoholizado.
La FGR incluyó como probanzas unos partes informativos de la Policía Federal Ministerial con notas periodísticas que refieren que el boxeador sinaloense se encuentra estable en un centro de rehabilitación.
Con base en las conversaciones telefónicas, la FGR presume que Chávez Carrascp era un “esbirro” del Cártel de Sinaloa porque presuntamente golpeaba, como costales de box, colgados, a los miembros de la organización que incurrían en descuidos que pudieran delatarlos.
Por encargo, el boxeador sinaloense supuestamente golpeaba a los subordinados de Néstor Ernesto Pérez Salas, alias “El Nini”, jefe de seguridad de “Los Chapitos”, detenido el 11 de noviembre de 2023 en Culiacán de Rosales y extraditado a Estados Unidos seis meses después.
Chávez Carrasco fue deportado el lunes 25 de agosto de 2025 y entregado en la Garita de Nogales, Sonora, tras ser detenido el 2 de julio del mismo año, en California, debido a la orden de captura solicitada por la FGR.