El Gobierno de Estados Unidos tomará fotografías de todos los extranjeros y los datos biométricos de algunos de ellos, cuando entren y salgan de EE. UU. por aire, tierra o mar, según una nueva regla que publicó, el 27 de octubre de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés).
La normativa, que entraría en vigor el 26 de diciembre de 2025, tras difundirse ahora en el Registro Federal, permitiría al DHS recolectar los datos biométricos, como las huellas digitales y aspectos faciales, de los extranjeros en los aeropuertos, puntos terrestres y puertos marítimos cuando abandonaran Estados Unidos.
El DHS argumentó que “implementar un sistema biométrico integrado de entrada y salida que compare los datos biométricos de los extranjeros recolectados a su llegada con los recolectados a su partida ayudará a abordar las preocupaciones de seguridad nacional”.
Entre las amenazas que combatirá el nuevo sistema, el Gobierno de EE. UU. citó el terrorismo, el uso fraudulento de documentos de viaje, la sobrestadía de los visitantes, e información incorrecta o incompleta de los viajeros.
“Dicho sistema también permitirá al DHS confirmar de manera más concreta la identidad de los extranjeros que estén buscando entrada o admisión a Estados Unidos, y verificar su salida de Estados Unidos”, expuso el DHS.
Según lo detalló el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., la nueva directriz abarcaría a todos los no ciudadanos, incluyendo a quienes tuvieran una visa, residentes temporales, trabajadores temporales, menores de edad y adultos mayores.
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El hecho de que estos datos se tomaran a la salida del país “simboliza un cambio fundamental en la política fronteriza y de vigilancia biométrica”, advirtió la firma legal Lincoln-Goldfinch Law, con sede en Austin, Texas, en un posicionamiento, citado por la agencia española EFE.
“Cuando se recolectan datos biométricos tanto en la salida como en la entrada, estamos entrando en un nuevo paradigma de vigilancia que exige supervisión jurídica activa. Las familias deben saber qué pasará con sus datos, cuánto tiempo se conservarán y cómo aclarar malentendidos”, declaró Kate Linconl-Goldfinch, abogada migratoria, también citada por el medio europeo.
Según EFE, la defensora de derechos civiles opinó que “el Gobierno [de EE. UU.] no puede tratar por igual a todos los no ciudadanos sin evaluar cada caso”, por lo que pidió “asegurar que esta regla se aplique con aviso claro, salvaguardias constitucionales y mínima interferencia con los viajes legales”.







