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viernes, octubre 24, 2025
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Alfonso Che Fimbres, Apóstol de Tijuana (1926–2025)

 

Nacido en Mexicali en 1926 y bautizado en Calexico durante la persecución religiosa, su padre era originario de Cantón, China, y su madre de Moctezuma, Sonora. Llegó a Tijuana desde niño y fue consagrado sacerdote en 1953, en Roma, durante sus estudios de teología, gracias a la memorable Propaganda Fide, que lo becó.

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Sacerdote por más de 70 años en Tijuana, el admirable “Padre Che” formó a cientos de sacerdotes, obispos y hombres de buena voluntad. Entre ellos, el actual obispo auxiliar Mario Villanueva; el presidente actual de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Castro; Sigifredo Noriega Barceló (Zacatecas); Jesús Herrera (Culiacán); Javier Chavolla (Toluca); Antonio González (Ciudad Victoria), y cientos de sacerdotes de quienes fue director espiritual y confesor.

Sacerdote humilde y desprendido, fue en el ámbito internacional un referente para fieles católicos, sacerdotes y obispos. Profundamente espiritual y tremendamente bromista, la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, en Tijuana, es desde el 23 de octubre el lugar de descanso del cuerpo de este sacerdote ejemplar, que siempre ofreció la misericordia de Dios a través de sus consejos y obras de caridad: dando de comer, visitando presos y enfermos, y repartiendo los muchos bienes que recibía, pero que siempre regalaba a los necesitados.

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Lejos de los reflectores, el Padre Che llegaba con frecuencia al Seminario de Tijuana con cajas de pan dulce para sus amados futuros sacerdotes. Mariano de corazón, celebraba misas diarias en la Catedral, a las 12 del mediodía, siempre llenas de fieles del pueblo, quienes lo correspondían con gran cariño al “Apóstol de Tijuana”.

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Más de 200 sacerdotes, seminaristas y fieles lo recibieron en la Catedral para compartir la Misa Exequial, presidida por Mario Villanueva, obispo auxiliar de Tijuana, acompañado del arzobispo emérito Rafael Romo. Al terminar la misa por el Padre Che, los asistentes —entre ellos las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, incontables religiosas y sacerdotes como el Padre Arturo de la Torre, entre muchos otros— aplaudieron, lloraron y acompañaron al querido sacerdote, quien fue sepultado a unos metros del altar de la histórica Catedral de Tijuana. Su cuerpo no fue cremado, sino sepultado en una tumba preparada ex profeso.

El Padre Israel Ángeles, vicario general de Tijuana, agradeció a todos en general, y en especial los cuidados de la doctora Patricia Aubanel, quien durante más de cuatro años, en el Hospital del Prado, atendió día y noche al querido Padre Che. Ella misma, como doctora, tuvo el privilegio de atender, cuidar y ayudar a salvar a personajes cercanos a Tijuana, como la Madre Teresa de Calcuta, don Jesús Blancornelas y, recientemente, al Padre Alfonso Che Fimbres.

99 años de vida, 75 de ministerio sacerdotal. Un auténtico Apóstol de Tijuana.
Sacerdote misericordioso, vivió heroicamente el amor a Dios y al prójimo necesitado de amor y ayuda material.

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