Tres informáticos y tres abogados tienen que viajar juntos a un congreso por trabajo. Su empresa les reembolsa los gastos de forma global.
Al llegar a la estación, los informáticos sólo compran un billete. Ante la objeción de los abogados, responden:
— Esperen y verán.
Cuando el revisor se acerca en el tren, los tres informáticos se meten en el baño. El revisor llama a la puerta y pide los billetes, un informático los desliza por debajo de la puerta, el billete es perforado y devuelto.
En el viaje de vuelta, los abogados piensan, “nosotros también podemos hacer eso, también nos ahorraremos dos billetes”. Compran un boleto.
Los informáticos no compran ningún boleto. Ante la nueva objeción de los abogados, sobre cómo va a funcionar esto ahora, vuelven a responder:
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— Esperen y verán.
En el tren vuelve a venir el revisor, todos los abogados se meten en un baño, los informáticos en el otro.
Después de que todos están dentro, un informático vuelve a salir, llama a la puerta del baño de los abogados:
— ¡El boleto, por favor!
Autor: Un contador.
Indagatoria
Dos mexicanos van por el desierto, en Egipto.
— ¡Oye, qué piedrota tan rara! ¡Parece una pirámide!
Se ponen a excavar ambos (sin herramientas) y desentierran una pirámide enorme.
— ¡¡¡Es una pirámide!!!
— ¡Vaya que sí!
— ¿Y ahora qué?
— ¿Sabes lo qué te digo? Vamos a avisar al equipo arqueológico americano. Esa gente es profesional y seguro que sabe de qué va esto.
— Órale.
Avisan al equipo arqueológico americano que viene con sus jeeps, tráilers, caravanas y helicópteros llenos a rebosar de aparatos científicos. Se meten en la pirámide y al cabo de dos años salen.
— Vaya, sí que se tardaron, ¿qué han averiguado?
— Pues… después de laboriosas investigaciones, hemos averiguado que esta pirámide fue construida entre el 1500 y el 2500 antes de Cristo.
— ¡Sólo eso! ¡Después de dos años sólo han averiguado eso!
— Pues sí.
Los dos tipos mosqueados deciden llamar a los alemanes.
— Esos sí son truchas, los alemanes son muy metódicos.
Vienen los alemanes, se meten en la pirámide, pasan dos años y salen.
— ¿Qué…?
— Hemos averiguado —responde el alemán— que esta pirámide fue construida seguramente en torno al 2000 antes de Cristo.
— ¿Y…?
— Bueno, no hemos podido averiguar más; los jeroglíficos son muy complicados.
Los dos tipos bufan con resignación.
— No nos queda más remedio que avisar a la Guardia Nacional.
Llega una pareja de guardias, se meten a la enorme estructura y en dos horas salen.
— ¡Qué rápidos son! ¿Qué han averiguado?
— Hemos averiguado que la pirámide fue construida entre el 12 de febrero de 1858 y el 22 de julio de 1857 antes de Cristo, conforme a las órdenes del faraón Ankhetop IV, y su arquitecto, Tutmosis el Joven. El día de la inauguración estaba nublado y una rama de sacerdotes se oponía a ello, por haberse producido un eclipse parcial de luna en Sagitario, bla, bla, bla… Participaron dos 118 esclavos no cualificados que intentaron una revuelta por las insanas condiciones de trabajo, que fue sofocada el 5 de septiembre por los soldados del faraón, con resultado de 42 muertos y… bla, bla, bla. El coste de la obra se cifra exactamente en 48 libras de oro puro, y 3 libras de diamantes. La esposa del faraón lucía un modelito del modisto Perfilotis el Julandrón, de fina pedrería y de… bla, bla, bla. La influencia en la lengua se comprueba en el acento de las tierras altas que presentaban los nobles de… bla, bla, bla…
Y así siguió una hora de rollo.
— ¡Guau!, ¿cómo le hicieron?
— No fue nada fácil, la verdad… Nos ha costado pero al final… la maldita momia habló.
Autor: Anónimo de la Fiscalía.
Buena respuesta
Una pareja se fue de vacaciones a una laguna donde se podía pescar. Al esposo le gustaba pescar al amanecer y a su mujer le encantaba leer.
Una mañana, el esposo volvió después de varias horas de pesca y decidió tumbarse y dormir una pequeña siesta. La esposa, aunque no conocía bien el lago, decidió salir a pasear en el bote. Remó una pequeña distancia, ancló el bote y retomó la lectura de su libro.
Al poco rato apareció el guarda en su bote. Llamó la atención de la mujer y le dijo:
— Buenos días, señora. ¿Qué está haciendo?
— Leyendo — respondió ella, pensando “¿qué no ve?”.
— Se encuentra en un área de pesca restringida.
— ¡Pero si no estoy pescando! ¿No lo ve?
— Sí, pero tiene todo el equipo. Tendré que llevarla conmigo y ponerle una multa.
— ¡Si usted hace eso lo denunciaré por violación! —dijo la mujer indignada.
— ¡Pero si ni siquiera la he tocado!
— ¡No, pero tiene todo el equipo!
Autor: Una mujer que lee (y mucho).