La calidad del agua es el principal reto que enfrentan México y Estados Unidos, se advirtió en el Foro Permanente de Aguas Binacionales. Académicos y especialistas en agua e infraestructura hídrica reconocieron que la desaladora y las plantas de tratamiento son insuficientes ante la contaminación marina, e incluso en los sistemas de agua potable que llevan el líquido hasta los hogares o centros de trabajo de los usuarios finales.
Es un buen momento político para reforzar la infraestructura hídrica, ya que la calidad y la cobertura del servicio de agua es una preocupación constante en las regiones fronterizas, lo que podría traducirse en políticas públicas urgentes, comentó Rosario Sánchez, del Foro Permanente de Aguas Binacionales.
“Es con lo que tenemos que lidiar siempre. ¿Qué tanta comunicación hay? Sin embargo, yo creo que es un buen momento político, por la gravedad. No solamente es en esta cuenca, es también en la del Colorado. La gravedad de la calidad del agua a una disponibilidad. Entonces, ahorita, sin información, sin datos, es muy difícil, riesgoso y vulnerable, incluso riesgoso para el sector público, no basarse en los datos, en información confiable”, explicó la presidenta Sánchez.
“Aquí tenemos un problema de todo tipo en las condiciones del agua: problemas de cantidad, problemas de calidad, problemas de gobernanza, y además, es una cuenca compartida con los Estados Unidos. Todo eso le da a la problemática un nivel especial de atención en el sentido de la educación y del manejo de datos importantes. Hasta ahorita, no existe una plataforma binacional estandarizada, por ejemplo, de datos de calidad del agua en esta cuenca, en la cuenca del río Tijuana. Esa es una de los resultados de esta iniciativa que vamos a presentar en estos momentos”, refirió la presidenta del Foro Permanente, que tuvo sesión en la ciudad de Tijuana.
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En una breve y escueta atención a medios, el secretario de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), sección México, Manuel Morales, se mostró confiado en el seguimiento que da la Comisión a las propuestas y prioridades de proyectos. Morales habló de la revisión del acta 223 sobre los límites para la explotación del agua, y del acta 328, que contempla 17 proyectos en proceso de construcción que pretenden mejorar la calidad del agua transfronteriza entre California y Baja California, principalmente con obras en Tijuana, como colectores y centros de tratamiento, entre los que destaca la ampliación de la planta de San Antonio de los Buenos.

“La evaluación de la ampliación de la planta de San Antonio de los Buenos, el mejoramiento o cambio del sistema de tratamiento, etcétera… ahí vienen en el memorándum. Son compromisos generales, son compromisos que reafirman los compromisos que ya teníamos ambos gobiernos sobre el saneamiento”, comentó Morales.
La CILA destacó el trabajo en las plantas de tratamiento para el uso de agua de reúso en agricultura o espacios públicos, con impacto directo en el medio ambiente, financiados con recursos públicos estatales y federales de ambos países, tanto mexicanos como estadounidenses.
“El gobierno de los Estados Unidos está invirtiendo en la planta internacional de tratamiento, que es la PTAR de South Beach, que —como ellos le llaman— es como la PTAR de Tijuana, que trata aguas 100% de Tijuana. En Estados Unidos tratará aguas internacionales que están en el marco de la CILA, y están invirtiendo grandes recursos para aumentar la capacidad del agua y mejorar las instalaciones”, explicó Morales, de la CILA.
A la reunión acudieron académicos, activistas y estudiosos del medio ambiente. No hubo autoridades municipales ni estatales de Baja California, ni tampoco de Estados Unidos, que escucharan los análisis y diagnósticos presentados, salvo el secretario Morales, quien solo estuvo presente para su participación y se retiró por compromisos ajenos al Foro Permanente. Intentó evadir responder a la prensa, que había sido citada desde las nueve de la mañana.