El 17 de septiembre de 2025, Donald Trump llegó al Reino Unido para una visita de Estado, en la que fue recibido por el rey Carlos III en el castillo de Windsor. La ceremonia de bienvenida incluyó salvas de cañón, desfiles militares y un recorrido en carruaje tirado por caballos por los terrenos de la residencia real.
Durante el arribo de Trump a Windsor, la guardia de honor del ejército británico formó parte del protocolo oficial. Posteriormente, el exmandatario y el monarca se trasladaron al patio interior del castillo, donde se llevó a cabo la recepción protocolaria. Carlos III saludó a Trump antes de que ambos se dirigieran al interior de la residencia.
En el marco de esta visita, se realizó un intercambio de obsequios. Trump entregó al monarca una réplica de la espada utilizada por el general Dwight D. Eisenhower durante la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Carlos III otorgó a Trump una caja de plata conmemorativa grabada con el escudo real. Ambos regalos fueron entregados en una ceremonia privada dentro del castillo.
Como parte de la agenda, Trump y Carlos III acudieron a la capilla de San Jorge para rendir homenaje a la reina Isabel II, fallecida el 8 de septiembre de 2022. En el lugar depositaron una ofrenda floral y guardaron un momento de silencio frente a la tumba.
El recorrido de Trump incluyó también una audiencia privada con el monarca, en la que abordaron temas de la relación bilateral entre el Reino Unido y los Estados Unidos. Aunque no se difundieron detalles del diálogo, fuentes oficiales confirmaron que el encuentro se desarrolló en un marco de formalidad y respeto institucional.
La visita estuvo acompañada de manifestaciones en los alrededores del castillo de Windsor. Diversos grupos expresaron su rechazo a la presencia del exmandatario en territorio británico, mientras que simpatizantes acudieron para mostrar su respaldo. El dispositivo de seguridad incluyó el cierre de calles y la presencia de cuerpos policiales en la zona.
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Con esta visita, Carlos III recibió por primera vez en su reinado a Trump en calidad de invitado de Estado, lo que marcó un capítulo adicional en los vínculos históricos entre ambas naciones.