En “El último tlatoani”, el escritor Pablo Jato reivindica la historia tanto de Cuauhtémoc como de Eulalia Guzmán, título recién editado este año por Running Wild Editions, a su vez inspirado en el largometraje documental homónimo y del mismo autor, estrenado en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2022, sobre los restos del último tlatoani, Cuauhtémoc, a manera de conmemoración de los 500 años de la muerte del mexica (1525-2025).
“Este libro intenta dibujar una línea que nos lleve hasta los restos del tlatoani mexica, buscando siempre una interpretación lógica de los datos que conocemos y armar el rompecabezas de lo que no conocemos. No es un libro académico, ni pretende ser un evangelio irrefutable, como hacen algunos. Es sólo un punto de vista personal, un intento de sacar a la luz y poner sobre la mesa lo que otros han tratado de esconder bajo la alfombra o enterrar en el olvido”, advierte para empezar Pablo Jato.
“El libro destapa las intrigas del Dr. Alfonso caso para arruinar la carrera de la maestra Eulalia Guzmán, desde que se anunció el descubrimiento de los restos del Tlatoani (Cuauhtémoc) en 1949 que hasta la fecha siguen ejerciendo su peso. Datos, documentos y conexiones que sorprenderán y cambiarán la opinión de mucha gente”, de acuerdo con Pablo Jato en la presentación de su libro que hizo en la reciente Feria del Libro de Tijuana en junio último.
“Yo empiezo la historia desde el descubrimiento de América hasta hoy, porque las mentiras con las que han escondido todo el tema de Cuauhtémoc son las mismas mentiras que se han venido repitiendo desde el inicio, desde el descubrimiento de América hasta hoy. Y es increíble”, refirió a ZETA el autor.
Concretamente, Jato contrasta la versión oficial de la muerte de Cuauhtémoc, basándose también y reivindicando incluso las investigaciones previas de la historiadora y arqueóloga Eulalia Guzmán (1890-1985):
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“La historia oficial es que son falsos los restos de Cuauhtémoc en Ixcateopan, Guerrero, que se investigó y que era un fraude, y que Eulalia Guzmán se volvió loca. Ésa es la versión oficial, es con la que se quedó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero es ahí donde yo descubro y voy rascando el porqué se dijo eso: Alfonso Caso estaba peleado con Eulalia Guzmán, se pelea con ella y la entierra literalmente, porque mientras ella desenterraba los restos de Cuauhtémoc, Alfonso Caso enterraba los de Eulalia Guzmán”.
Finalmente, sobre la autora de “Relaciones de Hernán Cortés a Carlos V sobre la invasión de Anáhuac”, “Exploración Arqueológica de la Mixteca Alta” y “Genealogía y biografía de Cuauhtémoc y Moctezuma Xocoyotzin”, Pablo Jato destacó:
“A la pobre Eulalia, por ser mujer, por ser de izquierda, pues le dijeron: ‘No, no, tú no’. O sea, si los restos de Cuauhtémoc los hubiera descubierto Alfonso Caso, serían auténticos. Pero como lo hizo ella y lo hizo sin el consentimiento de Alfonso Caso, porque él decía que no, entonces son falsos. La versión que ha querido vender el INAH es que Eulalia Guzmán lo hizo todo de prisa, corriendo y mal. Y no es cierto”.