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martes, agosto 19, 2025
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La voz de los veinteañeros

Los largometrajes sobre las crisis existenciales y personales tienen la cualidad de volverse tan trágicos o irónicos como sus creadores los prefieran. Para Diego Toussaint, estrenar este 2025 “No gracias, ya no fumo”, fue mostrar 24 horas en la vida de Nuria, veinteañera que, al ser despedida, se enfrenta al ultimátum de pagar la renta y continuar con su rutina actual o volver con su mamá, al tiempo que intenta dejar de fumar.

La historia filmada y producida en Guadalajara, reconocida con el Premio Mayahuel a “Mejor Largometraje Hecho en Jalisco” en la edición 40 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, fue una catarsis para Toussaint, cuya ópera prima surgió de la incertidumbre por la pandemia del COVID-19:

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“Me gradué tres semanas antes de la pandemia, justo en el momento más incierto. Fue una catarsis porque tenía que sacar mis emociones”, recordó con ZETA ante el origen de una película que aprovecha el género coming of age para resonar con su generación.

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“Originalmente la historia era nada más yo queriendo burlarme de personas  en mi ciudad, pero la estructura me llevó a ese lugar y entendí de qué va la historia, de sacar todas emociones, llorar, porque es frustrante; duele crecer. Y cuando tienes 22 años, 23 años, estás en tus 20, crees que el mundo se te está acabando”, añadió sobre la odisea audiovisual protagonizada por Esmeralda Soto, junto a Juan Daniel García Treviño, Ximena Ayala, Estefanía Inti, Alexia Alexander, Daniela Salinas, Imelda Sánchez y Saúl Sánchez, con los que retrata distintos grupos sociales tapatíos, desde mirreyes, roomies inclusivas, influencers y hasta un startup, que funcionan gracias a la travesía de Nuria.

En especial, para que los distintos encuentros resultaran orgánicos y verosímiles, “porque antes era un poco circunstancial, y en el cine lo circunstancial no sirve de nada, todo tiene que venir a causa del personaje”, en una película que también provoca la catarsis en el espectador.

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“Creo que mi generación, con eso de la pandemia, nos saltamos un año entero que era para valer madres. Una etapa de autoconocimiento que desapareció. Y me hice muy esencialista todos los días. Nos afectó mucho a los que apenas buscábamos la vida en el mundo, y luego llegó la pandemia, y nos hizo  repensar todo”, por lo que, al final, “No gracias, ya no fumo” fue la respuesta a necesitar “una película que me abraza. Y creo que hay pocas películas que abrazan a las personas, a la gente de mi edad…  Y yo quería hablarle a mi generación”, sentenció a ZETA.

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