Julio César Chávez Jr., hijo del legendario campeón de boxeo mexicano, fue ingresado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 11 en Hermosillo, Sonora, tras ser deportado desde Estados Unidos. La detención del exboxeador se realizó el 2 de julio en Studio City, California, por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), quienes lo señalaron como inmigrante ilegal y presunta amenaza a la seguridad pública por sus presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.
Chávez Jr. comparte reclusión con otros internos de alto perfil, como Rubén Oseguera González, alias “El Menchito”, hijo del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, y José Manuel Mireles Valverde, exvocero de las autodefensas en Michoacán.
Julio César enfrenta una orden de aprehensión emitida en marzo de 2023 por delitos de delincuencia organizada y tráfico de armas, municiones y explosivos. Según la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, si se comprueba que tuvo un rol directivo dentro de una estructura criminal, podría enfrentar penas de hasta 40 años de prisión. A esto se suma una posible condena de hasta 30 años por tráfico de armas, dependiendo del tipo de armamento involucrado.
Su paso por Estados Unidos estuvo marcado por irregularidades migratorias. Ingresó legalmente en agosto de 2023 con visa de turista, pero permaneció en el país tras su vencimiento en febrero de 2024. A pesar de haber solicitado residencia por matrimonio, fue señalado por el Departamento de Seguridad Nacional como una “amenaza grave” y vinculado al crimen organizado. Durante su estancia en centros migratorios, intentó tramitar cinco amparos para evitar la deportación, todos rechazados.
La familia Chávez ha manifestado públicamente su apoyo al exboxeador. Julio César Chávez padre declaró estar “destrozado” y calificó la situación como una injusticia, negando cualquier vínculo de su hijo con actividades ilícitas. Mientras tanto, la defensa legal de Chávez Jr. prepara recursos para enfrentar el proceso judicial, en medio de una cobertura mediática que ha reavivado el debate sobre la relación entre celebridades y crimen organizado en México.
El exboseador estará en el Cefereso 11, ubicado a unos 40 kilómetros al poniente de Hermosillo, es considerado uno de los penales más modernos y estrictos del país. Inaugurado en 2012 con inversión público-privada, cuenta con capacidad para albergar hasta 4 mil internos federales. Sus instalaciones incluyen cinco módulos de alojamiento, hospital, comedor, lavandería y un sistema de vigilancia con más de mil cámaras. El penal está diseñado para evitar motines, riñas y fugas, y es operado por mil 600 custodios capacitados bajo estrictos controles de confianza.
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El ingreso de Chávez Jr. al Cefereso 11 marca un punto de inflexión en su vida pública. De ser una figura del deporte nacional, ha pasado a convertirse en protagonista de uno de los casos judiciales más mediáticos del año. En los próximos días, se espera que sea presentado ante el juez federal que emitió la orden de captura, mientras su entorno legal y familiar busca revertir el curso de una historia que, por ahora, se escribe tras los muros de máxima seguridad.