El 21 de junio de este año la vida cambió para María Guadalupe Villegas Villavicencio, madre de Alicia Dariano Avilés Villegas, que desapareció ese día y hasta el momento no ha sido localizada por las autoridades.
Fue en San José del Cabo la última vez que fue vista. A pesar de que ya interpuso una denuncia, María Guadalupe se enfrenta a un escenario de negligencia institucional en el que, asegura, no recibe el apoyo necesario para encontrar a Alicia.
A las 11:56 horas de ese día fue la última vez que se comunicó con ella. María Guadalupe radica en La Paz, situación que ha sido una barrera para recibir la atención por parte de autoridades que la han remitido hasta el municipio de Los Cabos, para dar seguimiento al caso.
Lo que sabe del hecho es que, previamente, se reportó la desaparición de José Darío Saavedra Mendoza, esposo de su hija.
María Guadalupe desconoce si Darío realmente fue detenido, si se trataba de un secuestro o un tipo de extorsión; lo que es un hecho es que su hija desapareció buscando a su esposo.
“A lo que sé y lo que dije: mi hija hizo un trato para que le regresaran a su esposo, que pagara un dinero. Fue y ya no regresó. Pagar intercambio y ella ya no regresa, como si fuese algún tipo de secuestro”, compartió.
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La impotencia, en donde no siente acompañamiento por parte de autoridades, ha obligado a María Guadalupe a acercarse a colectivos de búsqueda para seguir cualquier rastro que la lleve a localizar a Alicia.
Alicia tiene un hijo de siete años de edad, que ahora está bajo el cuidado de María Guadalupe. Comparte que este niño es el motor que la lleva a salir a las calles a seguir pegando carteles con el rostro de su hija.
“Yo no tengo miedo, estoy levantando la voz porque quiero a mi hija de vuelta. Ellos saben, ellos mismos están enredados. Quiero a mi hija de regreso, porque su hijo la necesita y yo la necesito, o que me digan dónde está, como esté. Ya van siete semanas que no han investigado nada, que no ha procedido nada”, expresó.
Sin embargo, aunque prácticamente imploró a autoridades que revisaran las cámaras de la ciudad de San José del Cabo para buscar cualquier dato o indicio, no obtuvo respuesta satisfactoria.
“Quiero que hagan las cosas, que investiguen, quiero a mi hija de vuelta. Si ya no está viva, de todos modos las quiero. Si ya mi hija es un angelito, quiero saber dónde está. Como esté, la quiero de vuelta, porque mi nieto pregunta por ella todos los días”, recalcó.
La última prueba que tuvo fue una llamada que recibió el 10 de julio desde el teléfono de Alicia, aunque no escuchó nada más que el sonido de una reja, llevó fotos a la Fiscalía y la duración del enlace.