Con más de 7 millones de suscriptores en YouTube, 10 mil millones de impresiones y 5 mil millones de vistas, Chiki Toonz fue ideado para ofrecer música de niños para niños; ahora, el fenómeno infantil surgido en Perú busca llegar a más generaciones y seguir creciendo junto con sus jóvenes artistas
Hace tiempo que Latinoamérica no tenía un grupo musical infantil con vistas a trascender intergeneracionalmente, por lo que el éxito de un quinteto peruano no podría haber llegado sino para ocupar ese espacio. Se trata de Chiki Toonz, surgido en 2022, por Ricardo Guibelín, y Pía Ibarcena, una de las creadoras y productoras, para quien representó poder acercar la música a las infancias enfocada en esos rangos de edad.
“Siempre me encantó lo infantil, y Ricardo Guibelín, mi socio, viene y me dice ‘oye, creo que hay un nicho enorme infantil, hay un vacío que podríamos llenar”’, que “volver a esas raíces de cuando yo crecí, que crecí junto a Parchís, a Timbiriche, a Menudo, y que niños les gusta verse reflejados en otros niños. Y aspiras a ser como ellos, los imitas: entonces dije, ¿por qué no? Ahorita la opción que hay infantil, que es muy buena, es de adultos para niños, entonces, ¿por qué no crear una opción que sea de niños para niños, y que esos niños crezcan con ellos, y que esos niños al crecer puedan venir siguientes generaciones de niños también a entretener a los nuevos niños que nacen todos los días alrededor del mundo?”.
Es así como Catalina Parra (fucsia), Ivanna Vernal (amarillo), Thaís Patiño (morado), Mariano Ramírez (celeste) y Oliver Tschudi (naranja) fueron invitados a formar parte del proyecto, donde “nos hicieron tomar bastantes clases, baile, canto, para seguirnos formando. Hemos crecido y nos hemos vuelto en esos artistas que somos hoy en día, que podemos hacer bastantes estilos de baile, cantar bastantes tipos de canciones y desarrollando nuestras habilidades”, explicó Catalina, a lo que agregó Mariano: “Todo el mundo fue creando su propia vida antes de Chiki Toonz. No teníamos ni idea que íbamos a ser parte de un grupo infantil, y menos que fuera a ser tan exitoso como lo es ahora”.
Ingresar al grupo fue demostrar disciplina y dedicación, pero también de diversión y entretenimiento, la combinación necesaria para que cualquier niño o adolescente sumergido en las artes pueda seguir creciendo. “Una vida de Hannah Montana”, explican, pues “por una parte está el colegio, nuestra vida social, nuestros amigos, y por otro lado está nuestro trabajo, Chiki Toonz, nuestra formación artística, entonces los separamos bastante: los ensayos martes y jueves, dos horas, y las grabaciones son un domingo una vez al mes, y después todos los demás días y también los fines de semana podemos estudiar, hacer las tareas; siempre ha sido muy relajado y nos han apoyado bastante en ese sentido”.
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Si bien es cierto que los grupos infantiles no están de moda, como lo estuvieron en los 80 y 90, o a mediados de los 2000 con las agrupaciones salidas de telenovelas, hoy en día es inusual conocer a un grupo de música infantil conformado por niños, cuando la trascendencia del género muchas veces ha sido con adultos al micrófono, por lo que la labor detrás de Chiki Toonz ha sido de guiar a sus cinco integrantes, así como a las futuras generaciones del proyecto, “respetando que los chicos también puedan tener tiempo. Hay momentos de sacrificios, sin duda, pero que tengan la oportunidad de irse a una reunión, de ir a una fiesta infantil, a una fiesta ahora ya juvenil, poder disfrutar los fines de semana con sus familias. Porque sin duda tienen que crecer”, explicó Ibarcena ante una dinámica que pretende trascender, y donde la generación de Catalina y Mariano podrá formar parte de una nueva agrupación en 2026: Chiki Pop, con un concepto más juvenil y donde los fans también puedan continuar creciendo a la par de los integrantes, quienes se presentarán en octubre en Ciudad de México por primera vez, además de estar en pláticas para una serie el próximo año.
Justo esta época de cambios fue el momento ideal para lanzar “Raíces”, álbum que surge como un acercamiento multicultural a través de 10 canciones tradicionales que llevan a un viaje por Latinoamérica, incluyendo Perú, México, Brasil, Venezuela y Argentina, donde la favorita de Catalina fue “‘Alma llanera’, el segundo himno más importante de Venezuela; es una canción hermosa y también la hemos hecho en colaboración con un artista creciente que es Baby Salom”, mientras que para Mariano fue “‘Guantanamera’, una canción que desde hace mucho tiempo yo escuchaba y me encantaba, y fue un gusto poder cantarla ahora y junto a un artista de la talla de Aymée Nuviola, que es una artista internacional, ganadora de Grammys”, y donde no podía faltar un clásico mexicano como “Rancho grande”, el cual grabaron junto a Michelle Rodríguez, “un encanto de mujer, de verdad, que es un encanto; aparte de tener una voz maravillosa, es una actriz también maravillosa, y no dudó en darnos el apoyo en grabar”, enfatizó Pía.
Con más de siete millones de suscriptores en YouTube, 10 mil millones de impresiones y cinco mil millones de vistas, podría parecer que la vida de los “chikis” está muy saturado digitalmente, pero para los ahora adolescentes es algo muy natural, y un espacio donde más bien hallan lo positivo.
“Podemos estar conectados con todos los niños que nos ven y podemos dejarles mensajes, y no sólo nosotros, sino también nosotros aprender de ellos”, y “no fue como otros fenómenos infantiles, que de repente tenían que recurrir a medios como emisoras de radio, o la televisión; lo publicamos y ya lo podía ver todo el mundo. Eso hizo que fuera un crecimiento bastante rápido, y creamos una comunidad, un grupo de seguidores fieles, que están ahí contigo. Estamos agradecidos también de haber nacido en una época donde estas plataformas ya estaban suficientemente desarrolladas; fueron una herramienta muy útil para utilizarla”, coincidieron los jóvenes artistas, cuya madurez y sensatez auguran que no sólo hay Chiki Toonz para mucho tiempo, sino que también una carrera con potencial tanto en el próximo proyecto de Chiki Pop, como en lo individual.
EL RETO DE LOS CONTENIDOS INFANTILES
“Aún queda un largo camino para posicionar la música familiar en el lugar que le corresponde”, declarara Xavi Pasqual, promotor español, en 2019 ante un panorama donde ya se vislumbraba en redes sociales el impacto del público infantil en las vistas o suscripciones, una ola en la que incluso Snoop Dogg se sumó a la vibra de artistas como Billy Boom Band, Dámaris Gelabert, Reggae per Xics y El Pot Petit, y donde otros, como Tatiana, han establecido su rol como creadores musicales para las infancias.
A pesar de la demanda del público infantil y preadolescente, continúa existiendo una gran área de oportunidad en las ofertas de entretenimiento, sobre todo cuando “las apps y otros recursos digitales son una nueva puerta de acceso a la experiencia literaria y al conocimiento”, explicaría la revista “Palabra Clave”. Una discusión que constantemente se realiza en el cine, en especial en las películas animadas, pero que en el panorama musical no se ha cuestionado tanto.
Fueron telenovelas infantiles como “Cómplices al rescate”, y de adolescentes, como “Atrévete a Soñar” y “Quiero Mis XV”, de las cuales se desprendieron proyectos musicales que atrajeran a este público, pero la constante continúa siendo una que otra agrupación adulta, quizás por el estigma de los grupos ochenteros y noventeros y las declaraciones que años después surgieran sobre las dificultades de crecer en un grupo infantil; sin embargo, si algo pretenden nuevas agrupaciones como Chiki Toonz o Picus, trío infantil de estadounidenses con un toque urbano, es cambiar el paradigma para seguir enriqueciendo a este rango de audiencia, siendo ellos también parte, y evolucionar con la misma sanamente.