Un joven se encontró ante el juez acusado de darle una brutal golpiza a su hermano. El juez le pregunta:
— ¿Aquí se trata de un ataque sangriento. ¿Cómo te defiendes?
El acusado:
— Es que es tan bruto que no pude evitarlo.
El juez:
— Eso no lo considero una atenuante.
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El acusado:
— Bueno, señor juez, déjeme contarle cómo fue: Vivimos en un edificio. Arriba vive una familia con dos hijos. Es realmente triste, los niños son muy chaparritos. El hijo de 12 años mide sólo 80 cm, y el mayor, de 19, sólo 85 cm. Un día, hablando con mi hermano, le dije que era una pena y que me daba lástima. ‘Sí’, dijo él, ‘esos son los Pirineos’”.
— ¿Te referías a pigmeos?
— No, pigmeos es lo que tenemos debajo de la piel y por eso nos ponemos morenos.
— Eso es pigmento.
— No… Pigmento era lo que usaban los antiguos griegos para escribir.
— ¡Por Dios, mujer, eso era pergamino!
— No, pergamino es cuando alguien lee o muestra solo una parte de una obra.
— Señor juez, probablemente usted supone que ya no tenía ganas de explicarle que se trataba de un fragmento. Me senté en el sillón y leí el periódico. Al rato llegó con un libro en la mano, se sentó a mi lado, abrió el libro y empezó a leer un fragmento de texto:
— Mira: La terraza soleada del bolso de mano era la maestra del macro 15.
Tomé el libro y le dije:
— Este es un libro en francés y dice: ‘La Marquise de Pompadour est la Maitresse de Louis XV’, o sea que la marquesa de Pompadour era la amante de Luis XV.
— No. La Marquise es la terraza soleada, Pompadour es el bolso de mano, la Maitresse es la maestra, y Louis XV es el macro 15. Eso lo sé seguro. No tuve clases extra de francés y prácticas con mi legionario por nada.
— ¿Te referías al lector?
— No, lector es un héroe griego.
— Ese era Héctor y era troyano.
— No, héctor es una medida de superficie.
— La medida de superficie es hectárea.
— No, hectárea es una bebida divina.
— Tonto, néctar es una bebida divina.
— No, es un río en Alemania.
— El río del sur de Alemania se llama Neckar.
— No sabes, de chiquito cantaba con mi amigo un dúo sobre el río Néctar.
— Un dueto, creo que querías decir.
— No, dueto es cuando juegan el Barcelona y el Real Madrid.
— Señor juez, entonces tomé un martillo y le di un golpe en la cabeza. Finalmente se calló.
El juez:
— El acusado queda libre… Yo lo hubiera sentenciado ya con Héctor.
Autor: El hermano herido.
La carta
Laura va a la escuela. En el camino encuentra un sobre. No sabía qué hacer con él, así que se lo lleva a la maestra. Ella abre la carta y le toca un regaño.
– ¡Qué vergüenza, esto no me lo esperaba de ti! ¡Ve con esto al director!
Va al director, misma historia:
— ¡Qué vergüenza! —y cosas así. Llama a sus padres y le dice a la niña que les entregue la carta. Ellos la leen, se decepcionan y abandonan a Lorena.
Entonces Lorena va a un centro social, busca una familia que la adopte, pero todos le dan la espalda y se da cuenta de que se quedó sola. Nadie la quiere, lo perdió todo. Lo perdió todo por esa carta. Triste, sin ganas de vivir, se sienta a la orilla del río y decide leer la carta que le arruinó la vida. Con los ojos llenos de lágrimas, abre la carta… y el viento se la lleva de la mano directamente al río.
Autor: Mejor así lo dejamos.
Nuevo novio
La pareja de novios va a un café. Rápidamente se les acerca el mesero para tomarles la orden:
— ¿Qué va a tomar el señor?
— Un té verde, en agua a 250 grados, con una nube de leche deslactosada al 2% y descremada, endúlcela con Stevia pulverizada y póngale dos galletas de avena deshidratada en una servilleta de papel biodegradable, por favor.
— ¿Y la señorita qué va a pedir?
— ¡Otro novio, por favor!
Autor: Un nutriólogo soltero.