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domingo, julio 27, 2025
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Hartazgo electoral y el culto a la personalidad

Aspirantes frívolos que buscan candidaturas en BC para 2027 saturan a la sociedad, desde sus partidos, exacerbando el culto a la personalidad

 

Tantos años para que un partido fundamentalmente de izquierda (aunque en la práctica en Baja California diste mucho de serlo) llegue al poder absoluto, para que los “protagonistas del cambio verdadero” enfoquen sus esfuerzos en lo que será y no en lo que son ahora. Hoy, la política morenista vive de la expectativa, de las promesas, de lo prosaico, pero no del trabajo ni de las acciones que los hagan demostrar lo que prometieron: un cambio, o como ellos lo llaman, una transformación.

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Así vemos abiertamente a autoproclamados aspirantes a la gubernatura de Baja California para los próximos procesos electorales de 2027, cuando la entidad viene de una campaña electoral extremadamente larga que empezó desde finales de 2022 y que concluyó con la victoria de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, a nivel nacional, y de diversos cargos locales y federales, pasando por un proceso electivo en el Poder Judicial que en 2025 llevó a los bajacalifornianos a las urnas para elegir a los próximos magistrados, jueces y ministros del Poder Judicial de la Federación.

Y yéndose unos años atrás, hubo más procesos consultivos, como la revocación de mandato, la probabilidad de enjuiciar a los expresidentes y, por supuesto, las elecciones intermedias de 2021 donde resultó airosa la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.

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La política, de 2020 a la fecha, ha sido de un despilfarro fuera de tiempos electorales, de posicionamiento de marca no de proyecto, de promesas, de nombres, de todo, menos de gobernar, de trabajar o de dirigir una entidad.

Morena y sus protagonistas no han permitido durante un tiempo que la sociedad respire de la política partidista prosaica, hueca, banal, cuando su proyecto -en teoría- pretende un trabajo comunitario y social.

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Así, sin tener un ápice de conciencia sobre el electorado y permitirle la reflexión sobre su gobierno, exacerban a la comunidad con frívolos ejercicios de posicionamiento a través de fundaciones huecas, como la anunciada por Martha Nélida Ruiz Uribe, hermana del Delegado Único del Gobierno de México, cuyo objetivo es posicionar el apellido del funcionario federal en sus aspiraciones a la gubernatura de Baja California y que no cuenta con registro ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en su última actualización, ni la página de Corresponsabilidad como donataria, pero que desde el mes de mayo ha promovido el apellido en sus redes sociales donde no han expuesto ni un sólo caso atendido desde su fundación. ¿No es mucho posicionamiento del apellido después de promover su libro que dejó de anunciar apenas terminada la precampaña de Morena?

La organización que promete asesoría legal, de salud y que tiene vínculos con perfiles de grupos religiosos como Guillermo Montaño -representante de la ultraderecha que ha sido candidato plurinominal del PAN-, no ha anunciado un sólo caso en el que haya apoyado a la comunidad, pero aun así erogó cientos de miles de pesos para promover el apellido en espectaculares, carteleras y pantallas, en todo Baja California.

También está el caso del diputado federal, Fernando Castro Trenti, quien pretende posicionar su nombre a través de actividades políticas y de redes sociales, pero no de labor legislativa, quien dicho sea de paso pretende brindar una imagen jovial y fresca, muy similar a la de 2013, lo que confirma que hoy en día no representa estos calificativos.

Ambos perfiles, Ruiz y Castro, han hecho ver incluso a la senadora Julieta Ramírez Padilla, como un perfil conservador en sus aspiraciones políticas para el 2027, donde todo el proyecto de la Secretaría del Bienestar de Baja California recae sobre sus hombros.

Lo mismo el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño, el cual aparece ya en revistas políticas donde por una módica cantidad te “regalan” la portada y una entrevista “a modo”, algo que dista por completo de los lineamientos morenistas.

Así podemos ver la irresponsabilidad política de los aspirantes que carecen de empatía y de respeto a la ciudadanía que recién votó por ellos, adelantando una carrera gubernamental que -se les olvida-, aún le queda más de 2 años.

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Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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