De acuerdo con información publicada en el Atlas de Riesgos para la Nutrición de la Niñez en México, Baja California Sur se encuentra en los primeros lugares de riesgo de obesidad y sobrepeso infantil a nivel nacional.
El estudio realizado por el Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez expone que Baja California Sur presenta un 94.86 por ciento de probabilidad de que un niño o niña presente obesidad, esto en cuanto a términos del peso para la edad en el transcurso de sus primeros nueve años de vida.
“En el análisis global de niñas y niños entre cero y nueve años con riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad al menos una vez en ese periodo de tiempo, la situación de Nayarit y Baja California Sur es alarmante, al alcanzar porcentajes mayores al 90 por ciento de riesgo para la niña o el niño”, indica el Atlas.
En el estudio separado por rangos, de cero a tres años la niñez de Baja California Sur presenta un riesgo de sobrepeso y obesidad del 71.41 por ciento, colocándose en el tercer lugar nacional en este segmento.
Por otra parte, al analizar el grupo de cuatro a seis años, la Media Península alcanzó un porcentaje de riesgo del 39.83 por ciento, ubicándose en la tercera posición entre todas las entidades.
Por último, en la revisión de niños y niñas de siete a nueve años, el estado se colocó en primer lugar nacional de probabilidad de obesidad y sobrepeso con un 97.77 por ciento.
“Baja California Sur es un estado que tiene prevalencia alta y donde también el riesgo se mantiene en un porcentaje elevado”, arroja el análisis.
En este documento se recalca que, para abordar los desequilibrios nutricionales de manera efectiva, es esencial adoptar un enfoque integral que combine la promoción de hábitos saludables, el acceso a recursos esenciales, el fortalecimiento de políticas públicas y la capacitación de profesionales y comunidades.
Publicidad
Asimismo, apuntan que la investigación tiene como objetivo favorecer acuerdos concretos acerca de lo que es el mínimo imprescindible de acción pública con resultados tangibles, hacia la meta de que niñas y niños en México, sin excepción, coman todos los días en forma suficiente, saludable y variada de manera que alcancen y mantengan un adecuado estado nutricional.
En el caso de la entidad, este año se puso en marcha el Programa Nacional para la Alimentación en escuelas públicas y privadas, con el que buscan regular el tipo de productos que se venden en las cooperativas.
La diputada del Partido del Trabajo (PT), Karina Olivas, enfatizó que Baja California Sur ocupa el primer lugar en obesidad infantil a nivel nacional, por lo que se busca contrarrestar esta problemática cuidando la alimentación y prohibiendo la comida “chatarra” en los planteles educativos.
Factores de obesidad infantil en BCS
En entrevista para ZETA, Miriam Espino Lizárraga, nutrióloga pediátrica con más de 18 años de experiencia con enfoque a problemas de selectividad alimentaria o neurológicos, explicó el contexto en el que se presenta la situación con la obesidad infantil en Baja California Sur.
La especialista detecta entre los principales problemas la desinformación, ya que la parte pediátrica a veces se compara con el manejo de la alimentación de adultos, cuando la infancia requiere otro tratamiento.
Asimismo, señala que la niñez en la entidad está quedando rezagada en cuanto a la estatura, a pesar de que a nivel internacional se supone que todos los niños tienen el mismo potencial de crecimiento.
“Aquí pasa mucho que nos quedamos abajo en lo que es la estatura, no nada más es la cuestión del peso. Más allá solamente de hablar que sean niños con obesidad, estamos hablando de que son niños con malnutrición, con desnutrición al tener una estatura baja”, explicó.
Por otra parte, hizo hincapié en el consumo de comida procesada en la entidad, siendo un factor relevante para entender la problemática.
“No sólo hablamos de comida chatarra, hablamos de que los papás lo compran todo muy procesado. Muchas veces dejamos de lado lo natural y nos vamos con lo más procesado: que los nuggets ya hechos, que las tiras empanizadas”, dijo.
“El consumo de papas, jugos, galletas, refrescos; pero también, como papás, compramos mucha comida procesada. No preparamos nada, dejamos todo hecho y dejamos al aire qué es lo que se les da”, expuso.
De igual manera, resaltó que las personas pueden elegir un menú de un régimen alimenticio, pero falta educación nutrimental, no sólo indicaciones o instrucciones generales.

En un nuevo escenario, señaló que en las escuelas también se van a los extremos, lo que podría fomentar problemas nutrimentales a largo plazo, esto debido a que, si en lugar de crear una conciencia de alimentación, se fomenta miedo, será el inicio de una nueva problemática.
“Lo más simple era quitar comida chatarra: papitas, refrescos, galletas, chicharrones; pero no lo tradicional Si no dejan pasar cuando menos los alimentos básicos, se van a quedar sin desayunar. Se empieza una satanización, tenemos que entender que los niños en la etapa escolar empiezan problemas de trastornos alimenticios”, detalló.
Entre las recomendaciones, precisó que padres y madres de familia deben fomentar y tener horarios de comida, hacer lonches para evitar la compra de procesados y, subraya, detectar problemas de crecimiento para llevar un control con el nutriólogo pediátrico.