Guadalajara, Jalisco. Si hay un estilo cinematográfico donde industria y audiencia no siempre reciben a los proyectos mexicanos es en los largometrajes animados. Ni qué decir entonces del stop motion, técnica que requiere dedicación plena, pero que ha demostrado tener artistas capaces y talentosos, como ya se veía hace algunos años tras el estreno de “Pinocho” de Guillermo del Toro, grabando escenas en El Taller de Chucho en Guadalajara. Y es en la capital tapatía donde no podía faltar el reconocimiento y ovaciones para la que es el primer largometraje mexicano stop motion, logro de los hermanos Roy y Arturo Ambriz y de todos quienes confiaron por años para ver materializada “Soy Frankelda”, protagonista inaugural del 40° Festival internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
“Ambientada en el México del siglo XIX, el filme se centra en Frankelda, una escritora que es ignorada por todos menos por los monstruos surgidos de su propia imaginación. Enfrentada con sus creaciones, la protagonista es obligada a afrontar su subconsciente mientras explora los límites de la ficción” señala la sinopsis de la producción mexicana que estrenará en otoño en salas nacionales de la mano de Cinépolis Distribución.
Sin separarse de Frankelda y Herneval, títeres protagonistas y muestra de su objetivo, los hermanos Ambriz subrayan “hacer una nueva estética mexicana. Todos nuestros personajes cuando los ven, no son los estereotipos en los que caen a veces los personajes mexicanos pero aún así son elementos que hemos pensado cómo darle la vuelta”.

Aunque la dupla recalcó la técnica cumbre la película, incorporaron otras técnicas que los dejen sin respirar por la belleza de la experimentación, por lo que “buscamos hacer un stop motion que se sienta muy rico, fluido con la cámara, que se sienta en movimiento con personajes en el cuadro una conversación de dos personas donde uno pasa cargando a otros cinco. Eso es lo que buscamos un stop motion que esté lleno de vida”, por lo que jugaron con secuencias de animación al óleo, sedimentación, con los cámaras fluyendo.
Para los hermanos Ambriz, Guillermo Del Toro ha sido un referente crucial a la hora de seguir por el camino del cine, “un gran amigo y colaborador. Ya le dijimos que es nuestro Gandalf, porque así como en ‘El señor de los anillos’, aparece, nos da consejos y nos avienta a la aventura. Le comentamos eso y ya nos llaman ‘los hobbits’. Estamos muy agradecidos de que nos esté ayudando con toda esta etapa de la distribución como un mentor y como un amigo”, sin embargo, recalcan que “para llegar a ser maestro tuviste que ya haber pasado por todas las batallas porque al principio no te ayudan; una gran recomendación para quienes están empezando es aventarse a producir bajo sus propias condiciones”.
A pesar de los retos, la presencia de Roy y Arturo en el FICG es una muestra de que la perseverancia trae frutos, reflejados en un largometraje que iniciara como un clip de cuatro minutos, y ahora es una película de casi dos horas en miras a competir por llegar a los Premios Oscar. “Hacer esta película ha sido un viaje, ha sido muy difícil. Todo el equipo, toda la familia lo sabe. Es una película independiente. Para poder hacerla hemos tenido que poner todos nuestros recursos, todo nuestro patrimonio, todo lo que hemos ganado en estos 14 años de hacer Cinema fantasma está en esta película”, misma que, a decir por la propia Estrella Araiza, directora del encuentro fílmico, impulsará nuevas regulaciones para promover y desarrollar el cine de animación en el país.