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viernes, junio 13, 2025
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Los actos cerrados de una gobernadora pública

Marina del Pilar Ávila Olmeda, la gobernadora de Baja California, ha dejado de tener actos verdaderamente públicos, abiertos a la ciudadanía. Su agenda institucional está cerrada, ni siquiera a los representantes de los medios de comunicación se convoca. Mucho menos acude con aquella estrategia política que utilizaba, de manera espontánea, a lugares donde la asistencia no esté contralada por su equipo.

La agenda pública de la gobernadora de Baja California es cerrada. En los actos que encabeza la asistencia está controlada, se trata de beneficiarios de programas sociales, de afines a su partido y por tanto a su gobierno, tal cual como aquella manifestación de Estado a su favor, que se organizó en Tijuana entre partido y gobierno para contrarrestar la carnita asada mexicalense, y donde todos los asistentes fueron controlados, acarreados, pagados o llevados obligados.

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Cerrar la agenda, controlar la asistencia, es la manera que evidentemente su equipo ha encontrado para contrarrestar la animadversión pública que se despertó contra la mandataria estatal morenista, a raíz de que primero su esposo y luego ella, informaran en sus páginas de Facebook y por separado, que les habían revocado la visa para entrar a los Estados Unidos.

Los días siguientes se develaron nuevos aportes al contexto en que les fueron retiradas las visas a Carlos Torres Torres y a Marina Ávila, la gobernadora. Él, junto con su hermano, fueron mencionados en una carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República (FGR), como parte del entramado ilícito para importar combustibles a México, provenientes de los Estados Unidos, defraudando a la Hacienda Pública, a Petróleos Mexicanos, a través del huachicoleo, entre otros delitos señalados en la investigación. Además, en los Estados Unidos, confiarían agentes a ZETA, Carlos Torres también había sido mencionado en un caso de lavado de dinero y conspiración para la comisión de otros delitos.

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En medio de las sospechas, la ausencia física del esposo de la gobernadora, y el hecho que ella tuviese que enfrentar tal crisis sola, también fue revelado en medios de comunicación, a partir de una imagen ciertamente compartida por Marina Ávila en sus redes sociales, la existencia de una casa que fue adjudicada a su propiedad, en la exclusiva zona de Rancho Santa Fe en San Diego, California, Estados Unidos.

Mientras los señalamientos sucedían, y el polémico empresario a cuyo nombre está la mansión, y que comparte propiedad con su jefa de finanzas, que resultó ser la esposa del exfiscal de Baja California, Ricardo Iván Carpio, la gobernadora se sostuvo de la versión del empresario Fernando Salgado, para justificar que efectivamente la casa no era suya, pero que sí la había visitado.

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Pero entre la revocación de la visa, el hecho que el país vecino prácticamente los señalara de non gratos para entrar a su territorio, y les haya perdido la confianza para revocarles el documento emitido para ello, la mansión de casi 4 millones de dólares que presumió en redes sociales junto a sus padres e hija, la ausencia pública de su esposo y su cuñado, quienes por semanas pusieron tierra de por medio, a la otrora muy pública y presente en redes Gobernadora Marina Ávila, la alcanzó la animadversión social.

En cada publicación que ella o su esposo hacen en las redes sociales, se llena de comentarios negativos hacia sus personas, sus conductas o sus actitudes. Los equipos de redes sociales se encargan de borrar tales comentarios, pero son tantos que no alcanzan a “limpiar” las sentencias y dejar sólo las positivas.

Para borrar esos probables comentarios negativos fuera de las redes sociales, los actos de la gobernadora son controlados, se limita la asistencia y en ocasiones ni siquiera se convoca. Como sucedió el jueves 12 de junio cuando se inauguró una estructura arquitectónica para hermosear una zona del Parque Esperanto en Tijuana.

En el lugar se abriría, con listón inaugural, una zona de alimentos, una fuente, el Pabellón José Galicot con la escultura de Daniel Ruanova, entre otras novedades para hacer más completa y funcional el área recreativa.

Dedicado altruista, comprometido empresario, fervoroso promotor de la cultura, las artes,  cronista y defensor de Tijuana, don José Galicot trabajó mucho por esa zona, por esa obra, por ese pabellón, al cual le pusieron su nombre para honrarlo, pero no pudo presumir su hazaña, porque el gobierno del Estado cerró el acto. No convocó a medios ni a usuarios, ni a ciudadanos.

Paradójicamente en un parque, un área que concentra para su esparcimiento a la sociedad, el acto fue cerrado para ser videograbado y transmitido “en vivo” en las redes de la gobernadora, cerrando la posibilidad de cualquier manifestación en el área, fuese a su favor o contra.

Al acto, llegó con su esposo, Carlos Torres Torres, pues él había sido el promotor de ese espacio social de entretenimiento cuando era coordinador de Proyectos Estratégicos, pero no se permitió que se les tomara foto alguna, de hecho, ni el gobierno del estado envió alguna imagen de la pareja juntos en la develación de la obra y el Pabellón José Galicot, el único espacio que tuvo una formal, aunque cerrada inauguración.

Fueron poquísimos los invitados al parque ese día. Aparte de la gobernadora y su esposo Carlos Torres, por supuesto el homenajeado José Galicot, algunos miembros de la familia de él, algunos empresarios que también contribuyeron como Carlo Muzquiz, de igual manera Luis Lutteroth, y pocos funcionarios, el titular de IMOS, la secretaria del Medio Ambiente, el director del sistema Cobach y párele de contar.

El acto duró menos de 30 minutos, y el discurso de la gobernadora apenas 8 minutos.

Refirió en su discurso la gobernadora a don José Galicot, como “alguien muy especial, alguien que siempre ha sabido cómo plantarnos una sonrisa, hacernos bailar y, por supuesto, contagiarnos de optimismo en los momentos más complejos. Un tijuanense nacido en la sierra de Chihuahua que siempre busca el cómo sí, el sí se puede, el sí se pueden hacer las cosas… Por ello, yo he decidido que este lugar, que este pabellón (lleve) el nombre del Pabellón José Galicot”.

Y también tuvo reconocimiento para su esposo: “Este parque representa la suma de muchos esfuerzos de personas como don Pepe Galicot, que siempre se la han jugado por Tijuana y por Baja California. También quiero agradecer de manera muy especial a Carlos, es mi esposo, Carlos Torres, porque durante todo este tiempo ha sido el alma de estos proyectos. Muchas gracias, muchas gracias por tu apoyo y muchas gracias por poner tu corazón por delante para que esto sea una realidad por los discapacitados”.

Sin embargo, pocos fueron testigos no sólo del homenaje a don José Galicot, sino del respaldo que, otra vez, le da la mandataria estatal a su marido, en la nueva etapa de los actos cerrados de una gobernadora pública.

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Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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