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miércoles, julio 2, 2025
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“La poesía es la posibilidad de actuar en el mundo”: Alberto Ruy Sánchez

“Este libro (‘El silencio del gato) es un diálogo con aquellos que atacan y defienden al gato; es como un casting de autores para ponerlos en esta obra de teatro gatuna”, refirió a ZETA el autor sobre su más reciente poemario

 

El poeta Alberto Ruy Sánchez recientemente estuvo en Tijuana para participar en la cuadragésima edición de la Feria del Libro de la ciudad fronteriza, en la que formó parte de diversas actividades, además de presentar su más reciente poemario, “El silencio del gato”, publicado este año por Ediciones Era.

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Desde Mérida hasta Tijuana, su poemario ha sido elogiado en diversos escenarios literarios, no sólo por los amantes de los gatos, sino también por los lectores sobre todo de poesía. En ese sentido, Ruy Sánchez reconoció el recibimiento de su obra:

“Para mi sorpresa, hay muchos amantes de los gatos y lo que a mí me alegra no es tanto que les interese ‘El silencio del gato’, sino que en poemas muy específicos cada persona toma algo de lo que tiene que ver con sus propios gatos. Es muy curioso, no solamente porque sea un público para el libro, sino porque la gente se engancha muchísimo con poemas muy específicos. La gente lo lee y me dice: ‘Yo ya lo leí, lo que me gustó es esto, porque mi gato hace lo mismo o no, mi gato hace lo contrario’”, valoró Ruy Sánchez en entrevista con ZETA durante la XL Feria del Libro de Tijuana.

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“El hecho de que este libro esté exteriorizado en el gato, hace tal vez que sea más fácil de mencionar y de seguir; porque si tú estás hablando del deseo, del amor, la gente dice: ‘Yo me identifico con tal cosa, me identifico con esta escena’. Es mucho más íntimo todavía que si mencionas a un tercero que es el gato. Entonces ahí va creciendo en mi conciencia durante todas estas presentaciones, sobre la idea del gato como tercero en presencia, de un tercero no en discordia, sino en concordia, entre el autor, el libro y los lectores”, apostilló.

 

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“PRIMERO ES LA CONVIVENCIA CON EL GATO”

Como escenas gatunas, el gato se pasea por “El silencio del gato” a través de cinco secciones con el felino, obviamente como protagonista: “Digo gato y se me esconde”; “Los cuerpos del gato”; “El mismo gato es otro”; “Un gato es un gato, es un gato, es un gato”; y “Gatos con misterio y sin misterio”.

Claro, al escribir sobre los gatos, como de los colibríes (“Luz del colibrí”; Era, 2016) o las jacarandas (“Dicen las jacarandas”; Era, 2019),  Alberto Ruy Sánchez discurre en torno a la poesía o el proceso de creación:

— ¿Cómo es el proceso de escritura de un poema? ¿O qué es primero: el primer verso, la imagen, una escena, una idea, una metáfora?

“Lo primero es la convivencia con el gato, y ya que estás en la convivencia de pronto surge la observación de algo; y el verso no viene forzado, sino que viene naturalmente, como un arranque. A veces el arranque queda después de escribir, queda al final o no, pero vienen las palabras. Cuando eres un trabajador de las palabras, las palabras están ahí todo el tiempo y vienen en esta forma que es como un impulso rítmico, que alienta a seguir escribiendo y a seguir observando”.

— ¿Qué tan importante es el primer verso en un poema?

“En este libro en especial hay una especie de enumeración, de tipologías, de tipos de gatos, pero sobre todo cada poema es una entrada en escena; o sea, cada uno de los poemas es una escena distinta. Quise con mucha conciencia que no fuera la casa nada más, sino dentro de la casa, por ejemplo, en la mesa donde estoy leyendo el periódico, viene y se sienta encima. Entonces, no sólo la primera línea, sino las primeras cuatro líneas, cinco líneas, describen esta situación en que todos los días el gato viene y se sienta en el periódico. El primer verso tiene una función de abrir el telón y que tú veas el escenario donde sucede la cosa; no siempre con perspectiva, a veces estás en primer plano y luego se va creando toda la escena”.

— Así como el primero, ¿cuál es la función del último verso de la escena que resuelve el poema?

“El último verso a veces sirve para concluir, a veces sirve para lo contrario, para decir que no hay conclusión… tiene utilidades muy diversas. Las líneas que separan cada uno de los fragmentos también tienen una función, los espacios en blanco también hablan. Lo interesante es que todo se vuelve significativo, como una composición de cosas físicas que tú estás armando. Cuando estás haciendo un collage y sientes que ya quedó bien, puedes admitir un no o mover una pieza, pero en realidad, el comienzo, el final, el desarrollo, todo tiene una idea de composición que cuando ya lo publica, uno siente que hasta ahí llegó”.

Cortesía

 

“UN DIÁLOGO CON AQUELLOS QUE ATACAN Y DEFIENDEN AL GATO”

Leer “El silencio del gato” es como entablar un diálogo con diversos autores que se han aproximado a los gatos a través de las palabras a lo largo de la historia de la literatura, como T.S. Eliot, Mark Twain, Pablo Neruda, Darío Jaramillo, y muy específicamente Quevedo y Lope, históricamente, opuestos.

“Este libro es un diálogo con aquellos que atacan y defienden al gato, es como un casting de autores para ponerlos en esta obra de teatro gatuna, de defensa y ataque del gato. Este tercero en concordia, no en discordia, crea la confluencia de la gente más inesperada y más disímbola. No me hubiera imaginado que gente tan distinta concordara en un gato. Me imagino que en los perros sucedería también algo similar, pero no lo sé, habrá que experimentarlo. Entonces, más allá de las diferencias entre cada uno de los autores, de pronto encuentran en el gato algo que los une, a veces sin saberlo ellos”, reconoció.

— La sección “El mismo gato es otro” suena como a “Yo es otro” de Rimbaud. Es decir, escribir o leer poesía es también como un acercamiento a la otredad…

“En ‘El silencio del gato’ hay un diálogo con muchos poetas. Por ejemplo, hay un diálogo con Gertrude Stein, autora del poema que dice: ‘Una rosa es una rosa, es una rosa, es una rosa’; y entonces yo pongo: ‘Un gato es un gato, es un gato, es un gato’, pero es lúdico y al mismo tiempo reflexivo porque la sección que comienza con ‘Rituales’ tiene la función de examinar los rituales, después la anatomía. La sección que se ocupa de la esencia del gato es una pregunta sobre qué es el gato, cuál es su naturaleza. Entonces ahí puedes dialogar con gente que ha visto al gato como una otredad viva, que te cuestiona y que te obliga a una humildad; otra que te empuja a pensar tus propias limitaciones”.

 

“RIMAR SÓLO CUANDO ES NECESARIO”

Escrito en verso libre, donde predominan los octosílabos, en “El silencio del gato” el autor también recurre a la rima para presentar escenas o momentos.

“Thor es pelirrojo fuego, / y al salir el sol / lee el periódico conmigo. / Es un temible lector”; “Aunque nada nunca es lo que parece / ni se ajusta tanto a su rima, / un corazón de tambor / le da todo al gato Thor: / humor, candor, frescor, / olor, rigor y pasos de vapor”, se lee en el poema “El gato, dios sin pudor”.

— ¿Por qué es importante la forma de un poema?

“En este caso, en ‘El silencio del gato’ el tipo de experiencia, que era la observación de cada situación del gato, era muy breve; no tenía la característica de un minicuento o de una estampa, sino tenía la característica de un poema, de una pequeña ironía a veces, de una pequeña canción. O sea, la parte lúdica de este libro y de esta observación continua, observación atenta sobre los gatos, exigía una forma más cercana al poema en octosílabos, que ése es el recurso que utilizo aquí”.

— Algunos autores desechan el recurso de la rima, a veces con el argumento de que no tiene nada que ver con poesía. ¿Por qué recurres a la rima en tu obra poética?

“Justamente por jugar con la posibilidad de una rima excesiva. Por ejemplo, hay un poema que critica la rima excesiva (El gato, dios sin pudor) que es sobre ‘Thor, destructor’. Es un poema que está rimando todo lo que hace el gato con el nombre del gato. Todo lo demás rima con Thor y entonces lo describe, pero al mismo tiempo no es poético en el sentido en que es cacofonía, o sea, es una rima excesiva, se vuelve una rima no vacía, pero en realidad se nota la facilidad de hacerlo. Al final, por eso dice que a lo único que no tiene derecho es a tanta cacofonía. Ese poema, que es híper rimado, es una crítica justamente de la rima excesiva y a veces innecesaria. Entonces, ves ahí una ironía y una reflexión sobre el ejercicio poético. Es una postura ante el rigor de rimar sólo cuando es necesario, cuando realmente es necesario. Cuando ya es excesivo, te sirve para criticar eso”.

 

EL LENGUAJE DE LOS GATOS

Sobre todo en ciencia, hay quienes alegan que el lenguaje es exclusivo de lo humanos, pero en “El silencio del gato” el autor constantemente hace alusión al poder de comunicación de los gatos.

“Mi gato me mira y dice / con su silencio elocuente: / ‘Los señores tristes y grises, / que hacen estos diccionarios, / de seguro no tienen gato / ni quieren que alguien los mire / en su manera banal / como miramos los gatos / a los humanos pasar”.

— ¿Por qué propones que los gatos poseen lenguaje?

“Es un tema muy interesante que tiene que ver con todos los animales; hay animales que se comunican más o que los humanos hemos aprendido que se comunican más, o hemos aprendido a descifrar en comunicaciones. Por ejemplo, algo muy asombroso es la hiena; la gente que la estudia ha identificado hasta 12 sonidos distintos. Entonces, eso que parece la risa de la hiena, que es lo más conocido, pues no es tal, es uno de los muchos recursos. Algo que tiene la hiena es que puede imitar a los humanos, como los pericos; puede copiar las voces humanas y la usan a veces para tender trampas a los pastores. En Kenia hay una tribu que tiene una especie de fortaleza con muros de espinas y abren la puerta cuando viene el vaquero con las vacas para entrar; antes de llegar hace un canto especial para que le abran, y las hienas han aprendido a reproducir ese canto. Ya les pasó una vez que abrieron y se metieron las hienas”.

“Entonces, los gatos desarrollan con cada persona un lenguaje increíble. El otro día vi un video de un gato que vive con un sordomudo: como se dio cuenta que los maullidos no son lo que lo comunica con el humano, es muy curioso porque lo toca con la patita, le dice ‘Dame de comer’. Entonces, no solamente tienen un lenguaje vocal, tienen un lenguaje de señas. Se publican con frecuencia tratados científicos sobre el lenguaje de los animales, se sabe que las ballenas y los delfines se comunican de cierta manera. Y los gatos también”.

“David Olguín cuenta la anécdota de los últimos días de Gerardo Deniz, en Laberinto, en un artículo que se llama ‘El señor de los gatos’. Cuenta cómo Juan Almela, cuyo seudónimo era Gerardo Deniz, estaba muy inquieto, decía que ya había que irse a su casa; estaba conectado con sueros, estaba muy desesperado, muy intranquilo, muy ansioso. Hasta que llegó la nieta, le puso la cabeza en el pecho y él empezó a maullarle a la nieta, porque era un lenguaje con el que él se comunicaba con los gatos que él amaba, pero también se lo enseñó a la nieta. Lo maravilloso es que Deniz era políglota extremo, de esas personas que aprendió nueve lenguas vivas y muertas, que además se preocupó por el lenguaje de los gatos. No es una inocentada, es alguien que conoce los mecanismos de los lenguajes y la diferencia de lenguas. Eso a mí me pareció muy conmovedor y muy interesante”.

Foto: Enrique Mendoza Hernández

 

EL PRIMER RECURSO QUE TENEMOS ES POÉTICO”

Hacia el desenlace de la entrevista para ZETA, Alberto Ruy Sánchez también estuvo dispuesto a discurrir algunas otras ideas sobre poesía. Para empezar, advirtió. “Yo creo que primero existió la poesía, y que después, cuando ya formamos las cosas y las volvemos más artificiales, la volvemos prosa”,

Luego argumentó: “Para empezar, no hay un sólo comienzo de los lenguajes. En diferentes lugares y en diferentes momentos de la historia se crearon las maneras de hablar. Lo más importante, creo yo, no es solamente ver qué fue primero, sino pensar que el lenguaje tiene una música. El hecho de que tanto en japonés como en español tengamos cinco sílabas y tengamos consonantes que son duras y blandas, habla de una música. Entonces, lo primero que hacemos es cantar como con esa música. Cuando los niños dicen palabras muy elementales, están cantando, y repiten a veces la misma sílaba dentro de la palabra: papá, mamá; o monosílabos: flor”.

“El primer recurso que tenemos es poético: son formas poéticas, son formas mesuradas y cantadas; y después viene otra cosa que es la lengua de los notarios, o sea, lo que se escribe en la escritura que están hablando de fechas, de reinados, de cosas muy específicas que tienen que ver como con una prosa notarial. Después, la introducción del asombro poético en esa prosa es lo que hace que pueda existir la narración y la exploración narrativa de otras realidades. Pero yo no creo que haya sido primero la contabilidad de los ganados; fue lo primero que se anotó por utilidad tal vez, pero antes existía la posibilidad de decir cosas cantadas”.

— ¿Qué es la poesía para Alberto Ruy Sánchez?

“Curiosamente, en Mérida me pidieron que hiciera una antología breve de mis escritos, que está en acceso libre en línea (titulada ‘Urdimbre. Breve antología’). Revisando el conjunto de diferentes géneros, recuperé un poema que escribí en los 70 cuando yo viajé como hippie a Oaxaca; es mi primer viaje transformador para mí. Era yo solo descubriendo un mundo. Entonces me doy cuenta ahora que ese poema escrito en 1970 es como un manifiesto; se llama ‘Soy el camino que tomo’. Es como un manifiesto del viaje; está hecho de ocho fragmentos, de ocho líneas cada uno y de ocho sílabas cada línea. Es una manera de ir cantando lo que yo estaba viviendo, pero al mismo tiempo darle una forma muy precisa que es una composición. Lo primero que hacía era maravillarme ante el paisaje y el camino; y lo segundo, cuando ya me levantaba alguien, era la empatía con esa persona. Entonces, pues soy la persona que me levanta, soy sus preocupaciones”.

Lapidó el poeta en su paso por Tijuana: “La poesía es muchas cosas, pero sobre todo es una relación con el mundo que no es el reflejo del mundo, sino que la poesía es la posibilidad de actuar en el mundo”.

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Autor(a)

Enrique Mendoza
Enrique Mendoza
Enrique Mendoza Hernández estudió Comunicación en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) Campus Tijuana. Premio Estatal de Literatura 2022-2023 en la categoría de Periodismo Cultural, otorgado por la Secretaría de Cultura de Baja California; Premio Nacional de Periodismo Cultural FILEY 2025, otorgado por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), a través de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, y Manos Libres Periodistas. Ha sido incluido en diversas antologías, entre otras, en “Relatos de frontera y otras costumbres. Crónica joven de Tijuana”, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y el Centro Cultural Tijuana (CECUT) en 2013. Autor del libro “Poetas de frontera. Anécdotas y otros diálogos con poetas tijuanenses nacidos en las décadas de 1940 y 1950”, publicado por la Secretaría de Cultura de Baja California en 2024. Es periodista cultural en Semanario ZETA, en Tijuana
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