Conzultoría Matrimonial y Familiar
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No soy político, aunque me gusta la política, darme cuenta de lo que pasa en Baja California, la República Mexicana y en el mundo entero. Y así es como he comprendido que la política afecta a las familias en menor o mayor grado; no hay acción política que no afecte a la familia y poco la beneficie porque el interés principal es para los políticos y/o los partidos.
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Platicando hace días con un ex gobernador, le decía que ya los partidos no son los que ganan las elecciones normalmente como antes, ahora son los candidatos, y no siempre los candidatos de los partidos porque están fuertemente vinculados. Hoy, hay una tendencia a que los ciudadanos sean quienes poco a poco irán proponiendo a los mismos; pero como no pueden ir por sí solos, más que por medio de partidos o irse como independientes, forzosamente tienen que afiliarse a un partido. En lo que yo veo venir, los partidos primero afiliarían a un candidato ciudadano, es decir, primero el ciudadano y luego el partido adoptarlo como su candidato.
Normalmente cuando un personaje quería postularse como candidato la única forma era yéndose como independiente y con pocas posibilidades de ganar; aun cuando se han dado pocos casos, considero que son por sueños guajiros, pero se vale.
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Pero ha sucedido algo inesperado, y a eso me refiero con el tema del título de este artículo: el efecto Macalpin, que se dio en la convocatoria para la carne asada propuesta por un joven de Mexicali y que pronto creció en seguidores, sin ningún tinte político de algún partido, y fue Macalpin el que lo estuvo repitiendo constantemente, por lo que para muchos parecería que él fue el que lo inició; y como el iniciador no tenía página para que le replicaran, Macalpin la empezó a replicar aprovechando los seguidores que tiene, llegando personas a proponerle que ellos aportaban algo para la carne asada, como fue una carnicería en Mexicali que prometió aportar 20 kilos de carne para asar. Y así hubo más aportaciones y gente deseando participar.
El caso que llegó ese día y según me di cuenta en las redes sociales, fue mucha gente la que participó con carnes asadas o simplemente yendo a la Plaza de los Tres Poderes a hacer acto de presencia, y fue cuando me di cuenta que mucha gente llegaba a saludar a Macalpin como si él fuera el organizador, la mayoría queriendo tomarse selfies con él, y escuchándose voces de “Macalpin para presidente”, otras más lejanas que “para gobernador”. En fin, sin querer, o quizás en el fondo sí, lo empezaron a candidatear; y me imagino que él se empezó a dejarse querer.
Y es precisamente a lo que me refiero con el efecto Macalpin, donde mucha gente empieza a hablar de determinado personaje en varios términos de apoyo; no propiamente de políticos, sino quizás activistas algunos, al principio; y de seguir en ese sentido los partidos políticos deberían fijarse en esos personajes, ciudadanos que sobresalen en alguna actividad y no propiamente política. Es entonces cuando los dirigentes de los partidos, si quieren ir en coalición, como se está acostumbrando (porque ya solos no la hacen), sumarse al clamor de la sociedad o ciudadanía y ver la posibilidad de que con algún grupo ciudadano, un club, una asociación, etcétera, semblantear la posibilidad de si habría interés de proponer a uno de esos ciudadanos como candidato a algún puesto político, sobre todo por contar con el apoyo ciudadano.
Eso sí, tendrían que proponer con un sigilo inicial, para evitar que otros grupos o partidos no quieran tumbarles esa opción, y criticar a esos supuestos ciudadanos sujetos a ser considerados como ciudadanos efectivamente y no como políticos y propuestos a un cargo público. Por mientras piensen en Macalpin (que ni conozco).
El Lic. y C.P. Roberto Bautista es terapeuta sexual y de parejas con maestría en Mediación.
Correo: [email protected]
