Una avioneta con nueve personas a bordo, se estrelló en el ejido de San Vicente, la mañana del 6 de junio de 2025, cuando sobrevolaba la zona de Pavencul y Motozintla, en Chiapas, mientras realizaba labores de liberación para dispersar moscas estériles, para combatir la plaga de gusano barrenador en el sur de México, en la región de la Sierra chiapaneca, cerca de la frontera con Guatemala.
Según los primeros reportes de la prensa local, la aeronave se estrelló a causa de las malas condiciones del clima. El vuelo comenzó a las 08:17 horas del 6 de junio de 2025, cuando la aeronave L-410 UVP-E, matrícula TG-TJG, despegó del Aeropuerto Internacional de Tapachula.
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El registro de vuelo indicó que el avión perdió contacto después de solo nueve minutos en el aire. La última vez que brindó una señal como reporte fue a las 08:26 horas del 6 de junio de 2025, cerca de Tapachula, cuando se encontraba a mil 710 metros de altura y a una velocidad de 219 kilómetros por hora (km/h).
El piloto intentó realizar un aterrizaje de emergencia sobre una carretera de terracería, sin embargo, no logró maniobrar con éxito, y al impactarse contra el suelo, la aeronave se incendió de inmediato. Las tres personas a bordo perdieron la vida en el lugar.
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Entre las víctimas se encontraría un piloto y copiloto de nacionalidad guatemalteca, con nombres Carlos Eduardo Monroy Pinto, Byron Eduardo Mora De Paz, respectivamente, así como un trabajador mexicano del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (SENASICA), de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) Federal, del cual no se había dado a conocer su identidad.
Medios locales narraron que la tripulación llegó el jueves 5 de junio de 2025, desde Centroamérica a México, para pernoctar e iniciar por la mañana del día siguiente, sus labores de dispersión. Hasta el momento ni el SENASICA, ni la SADER han emitido un comunicado oficial sobre el accidente.
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Según el historial de vuelos de la aeronave, realizaba este tipo de misiones con frecuencia. En la última semana, la avioneta había realizado vuelos diarios de más de cinco horas de duración en la región, como parte de la campaña para controlar el avance del gusano barrenador.
El día previo, el jueves 5 de junio de 2025, el avión cumplió un vuelo de 5 horas y 17 minutos. También había realizado operaciones similares el 4, 3, 2, 1 y 31 de mayo, con recorridos constantes por el aire, para esparcir las moscas estériles sobre zonas estratégicas.
