En la Unidad Deportiva Mariano Matamoros se desarrolló la verbena “En Baja, la Transformación vive”, el contrapeso “artificial” de la Carne Asada Masiva, convocada este mismo sábado 24 de mayo en la explanada del Palacio Municipal de Tijuana.
Horas antes del evento, decenas de camiones circulaban dejando aglomerados de personas a dos calles del sitio, entre la Ruta Vicente Guerrero y la calle Xochicalco. Algunos vehículos indicaban en las pantallas superiores la leyenda “viaje especial”.
Desde antes de las 3:30 de la tarde, al bajar de los camiones, a la gente se le entregaban banderas con la leyenda “Yo soy team Marina”. Llegaron personas de todas partes del estado.
A la entrada del evento también se les indicaba el orden de circulación y a qué zona de sillas serían asignados. Según corroboraron asistentes, se les indicó en qué lado del escenario colocarse.
“Nos las dieron cuando bajamos del camión”, respondieron al ser cuestionados sobre el origen de las banderas guindas.
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Las playeras amarillas eran portadas por una multitud desde los camiones; las blancas, con texto rosa y el nombre de la gobernadora, estaban siendo entregadas en la parte superior de la calle Antonio Nava, que permaneció cerrada por policías municipales resguardando el acceso a la verbena.
Líderes comunitarios conversaban entre ellos, revelando que el número de camisetas entregadas dependía del número de personas que trajeron. “64” u “80”, comentaban entre sí, destacando el mérito de quienes lograron conjuntar grupos más grandes.
“Aquí en la esquina hay un carro Chevrolet negro que las está dando, nada más dígales que viene con los de Bienestar y se la van a dar”, indicó alguien a una señora que pidió una playera.
Desde el micrófono de la tarima central, un maestro de ceremonias daba instrucciones y consignas para gritar: “Para la cámara de acá vamos a mover banderas, que se vea el escandalazo”, indicó en un momento.
Brincolines y comida estaban disponibles al interior del evento, pero también había comida afuera, en una pickup que entregaba lonches y camisas a las personas que se dirigían a la unidad deportiva. En más de una ocasión se negó la entrega a quienes solicitaban uno de los contenedores desechables —presumiblemente con hamburguesas— si no iban a asistir al evento.
“En una escuela de por aquí cerca se están concentrando todos los liderazgos viejos que apoyan a Burgueño, y vamos a entrar junto con él, para que Burgueño vea el apoyo”, comentaron algunas mujeres dentro del evento.
Efectivamente, detrás de la unidad, en las inmediaciones de la Escuela Primaria Estatal “Héroes de México”, un grupo de personas entregaba camisetas blancas con la leyenda “TJ”, consultando a los asistentes quién los había enviado.
“Unas 15 personas que se vengan acá, ¿me puedes hacer el paro con 15 personas?”, decía por teléfono uno de los organizadores. Después de que todos recibieron playeras y propaganda, se les dieron indicaciones para salir en contingente con dirección a la unidad: “Agitando su bandera, por favor”, instruyeron.
Los camiones seguían llegando alrededor de las 5:30 p.m., ahora ya no a calles aledañas sino al frente de la unidad, sobre la Ruta Vicente Guerrero. En el evento hubo música en vivo y brincolines, además de comida y múltiples puestos ambulantes a las afueras.
La gobernadora del estado de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, llegó a las 6:00 p.m. y dio un discurso: “Entre más me golpean, más digna me siento. No nos van a ver perder; le tienen miedo a que esta transformación continúe en Baja California”, aseveró.
“Gracias a todos ustedes por venir el día de hoy, por su cariño, por su respaldo, por la unidad que requiere nuestro movimiento más que nunca. Ya ven cómo son los detractores, y ahí hay unos cuantos, carroñeros, que difaman y calumnian, pero quiero decirles que nadie le tira piedras a un árbol que no da frutos, y este árbol está más fuerte que nunca con el apoyo de todos y todas ustedes”, declaró la gobernadora.
A las 6:30 p.m. la gente ya se retiraba del lugar, incluso antes de que finalizara el discurso. En el acceso principal se generó un cuello de botella que produjo descontento y caos; las personas se empujaban para salir por la única puerta abierta en esa zona del terreno, exponiendo a niños, personas mayores e incluso mujeres embarazadas.
“La seguridad, mira, es de lo peor que se pudo haber hecho. Así como apoyamos, queremos respeto”, declaró un hombre que buscaba encontrar a su familia entre la multitud. Mientras tanto, al interior del evento, los políticos se tomaban fotografías desde la zona segura del escenario principal, sin intervenir en las fallas logísticas.
Una de las rejas del acceso se había caído y los vigilantes indicaban que no podía ser movida. Tras la presión y el lanzamiento de una botella de agua hacia quienes custodiaban el acceso, se desplazó la puerta, permitiendo un mayor flujo. Las personas abandonaron el sitio en tropel, molestas.
“Ya se le está yendo la gente a la gobernadora, y supuestamente la vinieron a apoyar”, indicó un asistente. En un momento, la ambulancia colocada al frente del lugar encendió su sirena. Debido a la conglomeración, no fue posible distinguir si hubo personas lesionadas.
Alrededor de las 7:30 p.m., solo permanecían algunos asistentes al interior de la unidad. No se observó a qué hora abandonaron el sitio los dirigentes, pero el resto de los ciudadanos ya se había ido o esperaba los camiones que los llevarían de regreso a sus destinos.
“Venimos de Ensenada, nos va a recoger el micro 4755”, comentó finalmente un grupo.